vitoria. Muchos aficionados baskonistas estarán todavía en estos momentos frotándose los ojos de incredulidad. Y no solamente por lo poco que nadie hubiera aventurado que el Barcelona iba a perder sus dos primeros encuentros de Liga como local en esta final. También porque más de uno tendrá la duda de estar reviviendo mentalmente una situación pasada y no disfrutando de una nueva y gozosa realidad. El motivo es que el guión que está protagonizando el Caja Laboral es conocido por todos y podría considerarse un plagio. De sí mismo, eso sí.

Hasta el momento, este epílogo de temporada se ajusta como un guante al de la temporada 2007-08, que supuso, de la mano de Neven Spahija, el segundo título de la Liga de su historia para el Baskonia. Tras quedar cuarto en la fase regular, el conjunto vitoriano se deshizo en cuartos de final del Pamesa Valencia (2-1) y del Unicaja (2-0) en semifinales. El destino, volvió a emparejarle con el Barcelona en esa cita definitiva y, al igual que en esta oportunidad, con el factor cancha en contra.

Sin embargo, la tropa alavesa se plantó en el Palau Blaugrana con una confianza absoluta en sus posibilidades y, a las primeras de cambio, propinó el primer bofetón (64-75). No contenta con eso, repitió gesta dos días después (74-78) y se quedó a sólo un pasito de la gloria.

Los martes, decisivos Es decir, exactamente lo mismo que ha sucedido esta semana, incluso con unos marcadores similares (58-63 el jueves y 69-70 ayer). El traslado de la serie a Vitoria ofreció al entonces TAU la posibilidad de sentenciar y no dejó pasar la posibilidad de dar la puntilla a su contrincante. Así, en el tercer choque, volvió a dominar con claridad y con un contundente 76-61 depositó un nuevo trofeo en las vitrinas del Buesa Arena.

Curiosamente, ese encuentro decisivo tuvo lugar un martes, la misma jornada que, en 2002, también supuso el estreno como campeón de Liga del entonces TAU. Exactamente el mismo día que se disputará el tercer partido de esta final. ¿Querrá decir algo?