vitoria. Si en condiciones normales Dusko Ivanovic destierra cualquier atisbo de confianza antes de cada partido, mucho más en días como ayer donde hay tanto en juego. Antes de afrontar el último entrenamiento previo al viaje por carretera hacia Madrid, el técnico montenegrino -con un semblante sereno que irradiaba un cierto optimismo-, hizo gala de su habitual discurso moderado. Pese a que su equipo está a las puertas de una nueva final liguera y el Real Madrid parece más tocado que nunca, no quiere que sus jugadores se sienten ganadores antes de tiempo.

"Es difícil olvidar que estamos ganando 2-0. Este resultado sólo debe servir para darnos confianza y saber que debemos jugar mejor, más duros y más concentrados", explicó en primera instancia. Dado el estado de extrema necesidad que acucia en la actualidad al Real Madrid, ya sin margen de error, Ivanovic intuye un tercer partido "diferente" a los dos anteriores. "Para ellos será como una final y yo quiero que nosotros también lo juguemos como si fuera una final. Debemos afrontarlo con mucho concentración. En el momento que nos hemos relajado, tienen tanta calidad y experiencia que podemos pagar caro cualquier error", advirtió el preparador balcánico.

Las armas para sellar por la vía rápida el billete hacia una nueva final liguera residirán en "actuar con paciencia, buscar nuestro juego y esperar hasta el último momento para ganar". En esta misma línea, desmintió que las dos agónicas victorias azulgranas en el último suspiro hayan dejado algún tipo de secuela al cuadro blanco en el apartado anímico. "Los dos equipos somos fuertes mentalmente. No creo que esto haya producido una gran ventaja psicológica. Alguien que está perdiendo 2-0 y tiene carácter y calidad, estoy convencido de que va a reaccionar. Seguro que ellos son jugadores con esas virtudes", alabó.

Tras mostrar su confianza en que el Caja Laboral sepa neutralizar un posible arranque arrollador de los blancos, Ivanovic se refirió al, presumiblemente, ambiente hostil que se encontrará esta noche en Vistalegre, en respuesta a los gritos de los aficionados baskonistas hacia Prigioni. "Será lo normal, como siempre sucede allí cada vez que jugamos partidos importantes. Esto forma parte del juego y, en todo caso, sólo puede servir para motivarnos", destacó el técnico azulgrana, quien se mostró mucho más rotundo a la hora de valorar el discutible rendimiento como local de los pupilos de Messina. "El Real Madrid es mucho más fuerte en casa que fuera y se ve en su porcentaje de victorias".

Sobre English, que tuvo un regreso anecdótico el pasado domingo tras varios partidos de ausencia por lesión, reveló que "seguramente" dispondrá de más minutos para ir recuperando la mejor forma. "En este equipo hay tiempo para todo el mundo. Siempre depende de cómo se desarrolle el partido. Puede ser que juegue o que no lo haga. Es una decisión mía. Lo mejor es que todos los jugadores están preparados para jugar. ¿Cuánto? Ya lo veremos", concluyó en un tono enigmático.