vitoria. Flamantemente renovado por espacio de un mes más, en parte por los problemas físicos de otros pívots en la pintura, el poste balcánico espera justificar a corto plazo su valía como jugador y ganarse la confianza del montenegrino, para lo que se sacrifica en los entrenamientos diarios. Si bien actúa de media 10 minutos, en los que aporta 1,5 puntos y 3,3 rebotes, está llamado a elevar el protagonismo ante la falta de efectivos.

El club notificó hace unos días su continuidad, al menos, hasta finales de este mes. ¿Contento?

Sí, por supuesto. Me llevé una gran alegría, ya que me encuentro muy a gusto dentro del equipo y también en la ciudad. He trabajado duro desde mi llegada y dado lo mejor de mí mismo para seguir. Creo que, tanto Dusko como la gente que forma el club, confían en mí. Les estoy muy agradecido por continuar con ellos, como mínimo, otro mes.

El Baskonia está diezmado en el juego interior por las bajas de Eliyahu y Barac. ¿Un buen momento para despuntar?

Sí, espero que sí. En cada entrenamiento y partido me esfuerzo al máximo para demostrar que puedo disponer de minutos aquí. Me duele ver que otros compañeros estén lesionados, así que me gustaría que volviesen lo antes posible.

Tiene por delante a varios jugadores en la rotación que le cierran el paso. ¿Esperaba disfrutar de más protagonismo en la pista?

Antes de concretarse mi fichaje, sinceramente no pensaba en exceso en los minutos que tendría en el equipo. He venido al Caja Laboral para trabajar duro y dar lo mejor de mí cada minuto que juegue. Quiero ayudar en todo lo que pueda, ya sea saliendo los cuarenta o ninguno.

Por lo que comenta, deja entrever que no es un jugador egoísta y se amolda a cualquier situación.

Sí. Estoy seguro de que esta experiencia de pertenecer al Baskonia y coincidir con grandes jugadores como los que hay aquí me permitirá mejorar como jugador. El simple hecho de entrenar al lado de pívots como Stanko o Tiago es muy positivo para darme cuenta de sus virtudes y defectos. Splitter es uno de los jugadores más increíbles que he visto en Europa y cada minuto que estoy a su lado, aprendo cosas.

¿Qué tal ha sido su adaptación a la filosofía de Ivanovic? ¿Le da consejos para progresar?

La verdad es que no hablo demasiado con él sobre estas cosas. Él es muy claro en sus indicaciones durante los entrenamientos. Lo que él me dice, luego intento llevarlo a la práctica como mejor sé.

Antes de concretarse su continuidad, se rumoreó con el interés de otros equipos de la ACB de la parte baja. ¿Qué hubo de cierto?

Mi principal objetivo fue en todo momento seguir en el Baskonia. No hablé en ningún momento con mi agente acerca de otros clubes ni pensé en posibles ofertas del exterior. Quise estar concentrado únicamente en mi trabajo en Vitoria. Me gustaría continuar aquí hasta el final de la temporada porque el Caja Laboral es uno de los mejores clubes europeos y no muchos jugadores pueden presumir de actuar en equipos así. Es una oportunidad para mejorar mi baloncesto.

Hasta hace poco, jugaba en la ACB y descansaba en la Euroliga. ¿Cómo ha sobrellevado la situación?

No muy bien. Sientes impotencia y resulta duro ver desde fuera cómo tus compañeros están en la pista y no les puedes ayudar, pero debí resignarme. Desde el inicio, asumí que estaba fuera de la plantilla para Europa. Fue una lástima fichar un día después de que se cerrara el mercado para el Top 16. No tuve mucha constancia de ello, pero al poco tiempo de que el club me trasladara su oferta, tardé segundos en decidir.

¿Ha notado muchas diferencias entre el Olimpia y el Baskonia?

Sí, por supuesto. Este es un equipo que compite para ganar en cada partido. En Liubliana era consciente de que ante algunos rivales era casi imposible ganar. Aquí, tanto mis compañeros como el club poseen una mentalidad ganadora. Entre todos unidos, podemos plantearnos cualquier reto.

Por cierto, hablando de su antiguo club, ¿tan dramática es la situación derivada de la crisis económica?

Suelo hablar con ex compañeros y me comentan que lo están pasando muy mal. Hay varios que, de hecho, ya se han ido ya que no pueden cobrar sus contratos. Es algo muy triste que una entidad tan histórica atraviese este momento. No creo, eso sí, que vaya a desaparecer porque es el principal emblema de Eslovenia y las instituciones no pueden permitir que se muera.

¿Han olvidado ya el varapalo de la eliminación continental?

Fue un golpe bastante duro. Creo que tuvimos muy mala suerte en el cuarto partido. Sufrimos dos malos días en Moscú, pero luego nos repusimos al volver la serie a Vitoria y le enseñamos al CSKA de lo que éramos capaces. Incluso para mí, que lo viví desde fuera, resultó algo difícil de asimilar, ya que creo que este equipo se merecía disputar la Final Four de París.

Los entendidos auguran una final liguera entre el Barcelona y el Real Madrid. ¿Una motivación añadida?

Sí. No es cierto ni que sean los únicos favoritos al título ni que sean dos equipos imbatibles. Hoy en día, cualquiera puede perder, más en una competición tan exigente como la ACB. Cuentan con grandes jugadores y, hasta ahora, es cierto que han demostrado ser los más fuertes, pero todavía queda competición y en los play off puede suceder de todo. Esto no es como la Liga Adriática, donde el Partizan, la Cibona o el Estrella Roja ganan todos los partidos. Aquí, todos los equipos somos peligrosos.

En el propio entorno del club tampoco existe mucho optimismo en este sentido. ¿Llega al vestuario esa desconfianza?

No. He escuchado algunos comentarios acerca de que este equipo es peor que el de años anteriores en el que estaban Prigioni, Rakocevic o Mickeal. Yo he jugado con anterioridad ante el Baskonia y lo único que puedo decir es que siempre es igual de duro medirte a ellos. Recuerdo que la pasada temporada, con todos esos jugadores, perdimos por un punto en nuestra pista tras un triple de Teletovic.

Tras la victoria ante el Granada, Ivanovic explicó que el equipo "no está fino". Salta a la vista que deben mejorar en muchas facetas.

En el último duelo no estuvimos excesivamente bien, pero antes de ese día creo que sí dimos la verdadera medida de nuestras posibilidades ante el CSKA. Venimos de dos semanas duras en las que hemos disputado siete partidos en apenas 15 días y eso se puede pagar. Es probable que, tras la segunda derrota en Moscú, sufriéramos un bajón emocional y físico, pero veo bien al equipo.

Con un partido a la semana hasta el final del ejercicio, las cosas deben ir hacia mejor sí o sí.

Ojalá. Ahora vamos a disponer de mucho más tiempo para trabajar en los entrenamientos y corregir algunos errores. Creo que podemos llegar en muy buen estado de forma al final de la temporada.