Vitoria. El gran Pat Riley, laureado y veterano entrenador de los Miami Heat -hoy apoltronado en los despachos- apuntó una de las grandes claves del baloncesto con una sencilla frase que no está de más recordar después de lo ocurrido el martes en el Universal Sports Hall: "No puedes elegir cómo perder, pero sí cómo recuperarte para ganar la próxima vez". En circunstancias tan adversas como las que encara esta tarde el Caja Laboral frente al CSKA (18.15 horas, ETB-1) es cuando un equipo, y sobre todo un jugador de baloncesto, encuentra la mejor oportunidad para erigirse por encima de sus miedos y cercenar de cuajo el grillete que le aferra a la realidad acontecida en el duelo inaugural de estos cuartos de final europeos.
Y es que son precisamente ellos, los componentes de la plantilla azulgrana, los que están inmersos en una tesitura que deben afrontar de cara. Por encima de las dudas que pueda generar ahora mismo el máximo responsable del banquillo del Baskonia, coexiste un grupo de jugadores que nunca antes se han enfrentado a una batalla de estas características. Porque ellos, los Oleson, Ribas, Huertas, Barac o English -sin experiencia en la élite de la Euroliga- son los que tienen la ocasión de demostrar que son jugadores válidos para la primera línea continental, como pensaron el pasado verano los encargados de confeccionar la plantilla del cuadro vitoriano.
El plantel de la escuadra baskonista debe demostrar hoy que puede competir al nivel mínimamente exigible para los ocho mejores equipos europeos. Porque, al contrario de lo que afirmaron Tiago Splitter o el propio Dusko Ivanovic cuando finalizó el encuentro del martes, no es lo mismo perder por un punto que por 23, y menos ante los ojos de toda Europa, o lo que es más importante, de tu propia afición, que esta tarde volverá a contemplar por televisión el devenir de un segundo round en el que el Caja Laboral se juega el sueño de la Final Four de París.
ningún lesionado Ayer, los jugadores pudieron descansar, entrenar -el huracán moscovita no dejó ningún lesionado, por lo que la plantilla estará de nuevo al completo- y sobre todo reflexionar sobre lo ocurrido. No salieron a hacer turismo por la opulenta megalópolis moscovita ni perdieron el tiempo con otros menesteres. La importancia de este nuevo duelo contra la escuadra del ejército ruso no deja lugar a las medias tintas. Perder será mortal de necesidad, pues sólo quedaría apelar a la heroica para enlazar tres triunfos consecutivos que se antojan inacanzables ante semejante coloso. Pero ganar significará levantarse y mirar directamente a los ojos del fornido matón ruso.