El máximo accionista del Bizkaia Bilbao Basket se muestra optimista sobre la participación del equipo en el torneo del K.O. "No tenemos nada que perder", advierte, al tiempo que asegura que "vamos a intentar llevar a cabo la producción de la mejor Copa de la historia".
¿Qué supone para el Bilbao Basket como club y para Bilbao como ciudad acoger un evento como la Copa?
Es el evento deportivo por excelencia que hay en Europa, por su trayectoria, su historia, su seguimiento, el impacto que genera en la ciudad que lo acoge... Hasta ahora, y durante muchísimos años, ni siquiera habíamos tenido la opción de estar cerca de organizarla en Bilbao y ahora, por el carácter que tenemos aquí y por la forma en la que nos involucramos en este tipo de eventos, vamos a intentar hacer la producción de la mejor Copa de la historia. Ése es nuestro gran objetivo.
¿Cómo se gestó la posibilidad de organizar la Copa?
Todo surgió viendo el crecimiento que tuvieron otros clubes y los pasos que dieron en otras ciudades, como Gasteiz, Valencia, Madrid o Málaga, tras organizar la Copa. Vimos que este evento dejaba un gran poso a nivel económico, de afición y de masa social y tuvimos claro que ése era el camino a seguir. Teniendo en cuenta eso, y que el equipo y el club tenían ya un crecimiento sólido, una masa social importante y una estructura acertada para poder crecer, decidimos organizar la Supercopa. Se lo solicitamos a la ACB, que era el punto de partida para ver si éramos capaces de albergar un evento de esta magnitud. Con la llegada al BEC, con el hito de batir el récord de asistencia a un encuentro liguero en un duelo ante el antiguo TAU, que lo dejamos en 15.414 espectadores, tuvimos ya la base y la seguridad de que podíamos organizar la Copa. Se lo demostramos a la ACB y las instituciones nos han apoyado. Así se ha gestado esta Copa, siguiendo los pasos que siempre ha debido dar este club, que ha tenido que demostrar siempre su capacidad para hacer cosas, el riesgo de meterse en retos y eventos de gran magnitud para que los políticos y la masa social que tenemos nos recompense con este trabajo.
La Supercopa de hace dos años fue una buena piedra de toque.
Era el test que queríamos hacer nosotros, aunque una Supercopa poco tiene que ver con una Copa. Por los días que son, el movimiento de las aficiones, las infraestructuras necesarias, la inversión... Pero sí nos dio la oportunidad de formar un excelente grupo de trabajo en el club y la seguridad y tranquilidad de saber que éramos capaces de organizar un evento de mayor magnitud.
¿Es clave que esta Copa sirva para fidelizar a la afición, para crecer en lo concerniente a masa social?
Ésa es la razón por la cual nos hemos metido en esta aventura. Hemos visto que en el resto de equipos que han organizado una Copa se ha creado un ambiente de baloncesto que traspasa a los propios aficionados que tienen. Son cuatro días presenciando a los mejores equipos, una masa de 9.000 o 10.000 aficionados que vendrán de fuera de Bilbao. Todo eso genera un gran ambiente. Además, estamos adornando la Copa para que la acción no se desarrolle sólo en la cancha, en el BEC, sino que habrá una zona lúdica espectacular en el Arenal con la imagen de Bilbao, Bizkaia y Euskadi, con patrocinadores e instituciones, oferta gastronómica... Vamos a intentar que el baloncesto salga a la calle y que sea un motor impulsor para la gente joven y la sociedad, dar un espaldarazo a lo que nosotros siempre vendemos, que es deporte, ilusión y ocio, además en un momento tan complicado como vive la sociedad actual.
¿Cómo recuerda la participación del equipo en la Copa de Gasteiz de hace dos años?
Con tan poca historia que tenemos, aunque este año cumplimos nuestro décimo aniversario, hemos dado pasos muy firmes y que pocos clubes han logrado. Aunque ahora mismo no atravesemos por nuestro mejor momento en la ACB, somos el único club europeo que está invicto en competición continental. Esa participación copera es uno de los hitos que nos permiten mirar atrás y comprobar que somos un club que va teniendo bouquet e identidad. Aquella semifinal en Gasteiz marcó historia, como nuestro paso por Turín. Yo la pongo a esa altura.
¿Cómo llega el equipo a esta cita?
Cuando hicimos el balance de objetivos antes de empezar la temporada teníamos muy claro que la idea era estar en el play-off, entre los mejores ocho equipos de la ACB, competir en Europa e intentar repetir participación en la fase final, y disfrutar con la Copa. Está siendo un año de extremos y espero que al final se establezca un equilibrio. La Copa nos llega en un momento en el que el equipo está muy centrado en la ACB, donde nos quedan aún doce finales y donde vamos a intentar competir en todos los encuentros, ya sea ante el Barcelona o el Lagun Aro. La plantilla está mentalizada para ir a ganar a cualquier cancha. El equipo y el club han pasado por momentos dolorosos este año, pero eso ya es pasado y ahora toca mirar hacia delante. Fotis Katsikaris está cambiando, sobre todo, la mentalidad de los jugadores, que estaban muy tocados por estar en posiciones bajas durante todo el año y vivir los martes una jornada de absoluta euforia por cómo estamos jugando y los resultados que estamos obteniendo. Ese equilibrio que te decía antes se debe plasmar en la Copa. No tenemos absolutamente nada que perder, es a un partido, en nuestra casa y ante nuestro público y es un momento para disfrutar del baloncesto. Yo veo factible que podamos dar la sorpresa y ganar. ¿Por qué no? Hace varias jornadas ya competimos ante el Caja Laboral pese a un mal comienzo y a que era el primer partido del nuevo entrenador. Ellos tienen mucho más que perder que nosotros.
Un evento como la Copa en Bilbao, debutar ante el Caja Laboral Baskonia... Más alicientes, imposible.
Sí, pero para ellos también. Lo que nos debe quedar de esto es que el deporte en Bizkaia goza de una excelente salud, como nunca en la historia, al menos de lo que yo soy capaz de recordar. Tener al Athletic en Europa, jugando este jueves partido de dieciseisavos de final, que el Bilbao Basket esté invicto en competición continental, que se esté ideando el nuevo San Mamés, que se esté construyendo el Palacio de los Deportes de Miribilla, que alberguemos una Copa, que nuestras traineras vuelvan a mandar en la mar... Lo que tenemos que estar es orgullosos de la salud que tiene el deporte vizcaíno actualmente y eso se nota en el seguimiento, la ilusión y la expectación de la gente. Éste es un momento para disfrutar, sobre todo porque el Bizkaia BB va a competir y va a dar la cara. Va a ser de esos eventos que, con el paso del tiempo, la gente dirá: "Yo estuve allí, yo recuerdo aquel día".
¿A quién ve como favorito para levantar la Copa el domingo?
El favorito claro es el Barcelona. Tiene la mejor plantilla de Europa, está jugando a un nivel altísimo, ganando partidos de 30, 40 o incluso 50 puntos. De todas formas, en una final puede pasar de todo dependiendo del rival que tenga enfrente, de posibles lesiones, del desgaste..., pero sobre el papel los azulgranas son favoritos.
¿Lamenta que en un momento histórico para el baloncesto vizcaíno Txus Vidorreta no esté sentado en el banquillo del Bizkaia BB?
Los momentos para un cambio de técnico siempre son malos. Si hubiese sido dentro de un año, estaríamos hablando de que no puede estar en Miribilla... Siempre lo miras con añoranza, pero estas cosas demuestran que el club está vivo. Desde luego que es una pena que Txus no esté, pero si gira la cabeza hacia la cancha ya sabe que está en su casa.