vitoria. Brad Oleson ya exhibe otro talante. El calvario que ha sufrido para conocer el origen de sus molestias en el tobillo ha pasado a la historia y pronto volverá a sentirse jugador de baloncesto. Tras pasar recientemente por las privilegiadas manos del doctor holandés Van Dijk, su estado de ánimo ha mejorado de forma ostensible.
"Hace díez días que me operé y me siento mejor. No tengo dolor cuando ando, estoy fortaleciendo el tobillo y afortunadamente voy por el buen camino. Me toca seguir trabajando duro", destacó ayer el escolta de Alaska, el único integrante baskonista que de momento continúa en el dique seco.
Lo más importante es que el estado físico y, sobre todo, anímico de Oleson es otro muy diferente. Atrás quedan unos últimos meses en los que se encontraba sumido en la depresión y se sentía impotente al no poder aportar su granito de arena al Caja Laboral. Hasta que el sacrificio de jugar con dolor llegó a su fin, dijo basta y decidió recurrir a una eminencia de la medicina para acabar con su particular via crucis.
"No sólo el tobillo, sino mi cabeza también está mejorando. Ya no siento dolor y esto es lo más importante. Cada día voy mejor", se congratuló Oleson, una de las apuestas más importantes del Baskonia para el presente curso que acumula únicamente 120 minutos repartidos en siete partidos de la Liga ACB.
Su presencia en la Copa del Rey, prevista del 18 al 21 de febrero en Bilbao, no corre peligro. "Afortunadamente, estaré listo. Cualquier jugador quiere disputar este torneo tan especial", reveló el ex del Fuenlabrada, cuyo principal deseo para el futuro es restablecerse por completo de la lesión. "No tengo deseos para 2010 y sí todavía para 2009: he vuelto sin dolor".