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vitoria. En pleno fragor de las fiestas navideñas y en vísperas del día de los Santos Inocentes, la penúltima cita de 2009 para el Baskonia aparece plagada de alicientes. Antes de poner el broche este miércoles en Granada a otro exitoso año, esta tarde toca refrendar la solidez como anfitrión frente a un rival para nada endeble.
Porque una de las revelaciones de la Liga ACB, el pujante Cajasol de Joan Plaza, aterriza en el Buesa Arena dispuesto a quemar sus cartuchos y erigirse en el primer forastero que sale indemne de su visita a la capital alavesa coincidiendo con el día que podría deparar el anhelado regreso de una de las apuestas más importantes del club para la presente temporada.
Tras más de dos meses en el dique seco después de una tormentosa lesión de rodilla, ha llegado por fin la hora de Walter Herrmann. El simple hecho de que dispute unos minutos implicará una excelente noticia para toda la familia del Caja Laboral, que ya sólo mantendría a Brad Oleson en la enfermería y empezaría a mostrar un esqueleto más reconocible. Una bendición teniendo en cuenta el rosario de bajas padecidas hasta hace escasas fechas.
El rendimiento del alero argentino, todavía fuera de forma y sin ritmo competitivo, representa una auténtica incógnita. No sólo por el reciente percance físico que le ha llevado por la calle de la amargura prácticamente desde el inicio del verano, sino por el largo ostracismo durante tres campañas en la NBA que puede haber repercutido negativamente en su juego.
Es evidente que la paciencia debe ser el mejor aliado, tanto para él, el cuerpo técnico como los aficionados azulgranas. Su más que probable vuelta será uno más de los muchos atractivos de la visita sevillana. Hoy, sin embargo, deberán ser otras piezas quienes intenten refrendar el notable estado de forma baskonista y lidiar con la difícil misión de someter a este Cajasol claramente al alza.
Tras el subidón de adrenalina experimentado el pasado fin de semana ante el Real Madrid, que salió trasquilado de la pista alavesa, el Baskonia afronta un partido muy incómodo ante un rival que ha convertido su defensa en una de las más sólidas de la competición. La exhibición andaluza ante el antiguo Pamesa, que sólo sumó 53 puntos, da buena fe de ello.
Sin demasiados nombres de peso en su plantilla pero duro como una roca, este Cajasol engendrado por Plaza desprende buenas vibraciones tras varias temporadas de travesía por el desierto y será un hueso duro de roer. Así se desprende de su notable trayectoria y el pétreo baloncesto que acostumbra a poner en práctica.
Con el aterrizaje del interior Ivan Radenovic, su candidatura a los puestos europeos tiene visos de subir varios enteros. Sus amenazas latentes, en cualquier caso, procederán mucho más de la dirección de Calloway, el instinto asesino de Ellis, el poderío físico de Kirksay y la versatilidad de Savanovic. En el caso de sumar un nuevo triunfo, el cuadro vitoriano podría conseguir la etiqueta matemática de cabeza de serie en la próxima edición copera -también se necesita el tropiezo del Joventut en Málaga- y, de paso, culminaría un balance inmaculado en los duelos como local disputados en la fase regular de 2009. Lo primero, en cualquier caso, es una mera cuestión de tiempo teniendo en cuenta que aún restan hasta el final de la primera vuelta tres choques ante el Granada, el Lagun Aro y el Unicaja.