vitoria. Su partida hacia el conjunto merengue tambaleó los cimientos de un Baskonia que aún confiaba en él para dirigir el juego del equipo, pero Prigioni ansiaba una nueva vida en otro escenario.

¿Cómo es su día a día en Madrid? ¿Echa de menos la tranquilidad de la vida en la capital alavesa?

No creas que veo muchas diferencias. Vitoria es un lugar fantástico también para desarrollarse, para trabajar y jugar. Pero ahora estoy más cerca de la familia de mi señora, y a nivel familiar sí que noto ese cambio. Tenemos más ayuda con los niños, mi familia vive en Alicante y está más cerca...

Pero no tiene que ser lo mismo a nivel institucional, como club.

No hay un gran cambio, de verdad, solamente lo que te puede dar el hecho de tener una sección de fútbol que acapara tantas noticias. Pero en lo que es el día a día propio del baloncesto no he encontrado grandes diferencias.

¿Se vive mejor con una sección de fútbol que llena todas las páginas de los periódicos deportivos?

Obviamente el fútbol es el fútbol, pero con nosotros ocurre que este año hay muchas expectativas con el proyecto de la sección de baloncesto, y eso lo noto yo y parece que se nota respecto a otros años porque la gente va mucho a Vistalegre. Eso te hace ver que están muy pendientes de lo que hacemos a lo largo de esta temporada.

¿Se ha cruzado ya por los pasillos con Cristiano Ronaldo?

Hemos coincidido en la comida que realizamos las dos plantillas juntas y tuve ocasión de conversar un poco con él. Siempre que puedo me gusta ir al Bernabéu a ver algún partido, es uno de los alicientes que tiene estar aquí.

¿Se siente uno menos importante cuando está rodeado de tantas estrellas en el vestuario?

Aquí somos todos más o menos nuevos, y los que hemos llegado somos jugadores que hemos conseguido ya grandes éxitos en anteriores equipos. Lo que nos está ocurriendo es que, por el momento, cada uno hemos demostrado de lo que somos capaces de forma individual, pero nos falta regularidad y conjuntarnos como equipo. Llevamos poco tiempo jugando juntos y aún nos queda consolidarnos a nivel general. De repente un día juega bien uno, al día siguiente aparece otro... Ninguno conseguimos una cierta constancia.

¿Les han servido esas dos derrotas consecutivas para, en cierta forma, humanizar a un equipo que parecía imbatible?

Si hay alguna experiencia que me deron los últimos años en el TAU es que hacer una racha increíble en la serie regular no te sirve de mucho. En Vitoria, llegábamos a la final y perdíamos increíblemente. Pienso que necesitamos tener un par de golpes de este tipo para llegar con algunas cicatrices al momento en el que se deciden las competiciones.

¿Sigue pensando que tomó la mejor decisión al abandonar el Buesa Arena?

Salir de Vitoria no fue fácil, pero tenía claro que necesitaba un cambio, una motivación diferente para mis últimos años como jugador. En realidad nunca tuve muy claro dónde iba a ir hasta que, cuando acabó la temporada, apareció el Real Madrid.

¿Ha vuelto a hablar con Josean Querejeta desde entonces?

He hablado con él alguna vez durante este año. Cuando se hizo oficial mi marcha recibí una llamada suya muy cordial, de agradecimiento mutuo y demás. Para mí fue muy difícil sentarme delante de él y plantearle que no quería seguir. Decirle: "Mira, me apetece irme, ¿qué posibilidades hay?" Eso para mí fue tremendamente difícil.

¿Qué es lo primero que va a hacer cuando pise Vitoria?

Supongo que me tocará seguir la dinámica del equipo: entrenar, reuniones, descansar... pero si tengo un huequito para tomar un café con algún amigo lo haré. ¡Aunque tampoco quiero que parezca que voy allí de vacaciones! (risas).