El recurrente calificativo del "nuevo Toni Kukoc" nunca estuvo tan cerca de hacerse realidad. Nemanja Aleksandrov lo tenía todo: altura, clase, tiro, dominio y conocimiento del juego en todas sus facetas… Al igual que el ya retirado jugador croata, hace unos años Aleksandrov era un alero capaz de jugar en cualquier posición con una solvencia desconcertante. Su nombre estaba presente en todas y cada una de las agendas de los ojeadores europeos y americanos, que veían en aquel joven nacido en Belgrado una estrella de proporciones bíblicas. El hoy pívot del Union Olimpia había nacido para el baloncesto, y todos los asistentes al Campeonato de Europa cadete que se celebró en la localidad madrileña de Rivas en 2003 así pudieron atestiguarlo.

Tenía 16 años, medía 2,09 metros y en aquel torneo promedió 20 puntos, ocho rebotes y un 62% en triples. Él fue la punta de lanza de una Serbia que acabó ganando el Europeo tras fulminar a casi todos sus rivales (España se llevó un 61-108) erigiéndose Aleksandrov como claro MVP. Las loas no tardaron en llegar. "Es mucho mejor que Milicic", "recuerda a Dirk Nowitzki", "sólo podría compararlo con Kukoc, Djordjevic o Divac a su edad", "mientras otros chicos sólo piensan en la NBA, él únicamente se centra en mejorar" o "podría ser el primer número 1 europeo de la historia del Draft" fueron algunas de las alabanzas que se llevó tras el torneo la aún imberbe estrella serbia, el mismo año en el que su compatriota Darko Milicic fue elegido en segunda posición por los Detroit Pistons.

Apenas un año después de aquello, Aleksandrov despuntaba ya como uno de los pilares del KK Reflex -antigua denominación del FMP Zeleznik- tanto en la Liga Adriática como en la ULEB. Su actuación en el Europeo junior de 2004 celebrado en Zaragoza -donde compartió equipo con Stefan Ivanovic, hijo del entrenador baskonista- no fue todo lo espectacular que se auguraba, pero aun y todo el alero empezaba a mejorar su inglés para partir hacia su ansiada NBA en cuanto cumpliera la mayoría de edad.

Sin embargo, poco antes de poder cumplir su sueño de cruzar el charco, el destino le fue esquivo, y el 26 de febrero de 2005 vivió un duro varapalo del que a día de hoy aún intenta recuperarse. A los pocos minutos de empezar un partido ante el Bosna de Sarajevo sufrió una lesión en el ligamento cruzado de una de sus rodillas. Los médicos le diagnosticaron un periodo de recuperación de dos meses, pero casi dos años después aún continuaba en tratamiento para salvar su pierna.

pocos minutos Afortunadamente, en diciembre de 2006, y tras haber permanecido sin jugar un solo minuto en todo ese tiempo, el calvario de Aleksandrov tocó a su fin… por el momento. Traspasado al Estrella Roja, confiaba en poder retomar su prometedora carrera en el mismo punto donde una lesión la resquebrajó. "Nunca perdí la fe, sabía que iba a volver a jugar al baloncesto", aseguró esperanzado. Pero cuando pronunció estas palabras aún no sabía que la mala fortuna que presidía su vida todavía no le había abandonado.

En la campaña 07-08 apenas pudo jugar tres partidos con su equipo porque su aparentemente curada rodilla seguía siendo una molestia. Cansado de no poder jugar, el año pasado optó por operarse de nuevo y se perdió toda la temporada tratándose en Estados Unidos. Cuando pocos equipos parecían dispuestos a contar con él en sus filas, el Unión Olimpia optó por darle un voto de confianza y el pasado verano le ofreció un contrato para las tres próximas temporadas, aunque el club esloveno se reserva la opción de cortarle al finalizar la primera.

De momento, Aleksandrov no está contando con la confianza de su técnico, Jure Zdovc, pero su dolorida rodilla sí que parece estar respetándole. Con tan sólo 22 años, esta otrora prometedora estrella europea tiene aún toda su carrera deportiva por delante para demostrar que, quien tuvo, retuvo.