En una semana prácticamente perfecta para el Caja Laboral después de una etapa plagada de dudas, Dusko Ivanovic asiste al fín a los primeros atisbos de recuperación de un equipo que ha sufrido más de la cuenta en los últimos choques por culpa de una plaga de lesiones que empieza a remitir. Tras el triunfo del pasado jueves frente al Maccabi de Tel Aviv, la victoria de ayer en Badalona inyecta definitivamente nuevos aires a la escuadra vitoriana, como bien apuntó el propio entrenador baskonista una vez finalizado el duelo ante la Penya.
"He visto al equipo que quiero. Al principio del partido no, pero después, y a pesar de los errores, sí", se felicitió un Ivanovic que ahora debe preparar concienzudamente el enfrentamiento europeo del próximo miércoles ante el Union Olimpia -cuando se espera que debute Walter Herrmann- pero, sobre todo, el siguiente choque de la competición nacional ante el todopoderoso Real Madrid, que acude al Buesa Arena el sábado día 19.
Eso sí, el técnico balcánico volvió a dar muestras ayer de su giro hacia un lado más paternalista con sus jugadores al afirmar que "nadie puede jugar perfecto, pero la intensidad y la agresividad en la pista sí que la hemos tenido". Y es que Ivanovic también asistió sorprendido a un tramo final del partido en el que el Joventut estuvo a punto de dar la vuelta al marcador y "casi ganan gracias a sus triples". Pese a todo, la mejoría mostrada por el conjunto azulgrana en los dos últimos partidos otorga al equipo "esperanza de llegar al nivel donde pensamos que que tenemos que estar en el futuro".
Por su parte, la estrella del partido, Fernando San Emeterio, se mostró enormemente satisfecho por su papel. "Me han entrado los tiros y hemos podido sacar un partido difícil, porque veníamos con mucho cansancio después de jugar en Tel Aviv pero al final hemos podido sacar esta victoria", valoró con sinceridad el jugador cántabro.