ocurrió el 15 de febrero de 2007, pero aquella gloriosa velada sigue muy presente en los mejores recuerdos. El antiguo TAU Cerámica abría el Top 16 de la Euroliga en Tel Aviv con todas las reservas del mundo. Velimir Perasovic acababa de sufrir una angina de pecho y el club debía tomar la difícil decisión de aguardar la recuperación del croata o fichar otro entrenador de renombre en el mercado, ya que la posibilidad de conceder los galones a Natxo Lezkano era inviable.
Mientras las negociaciones para el aterrizaje de Bozidar Maljkovic se encontraban en su punto de ebullición, el tiempo se le echó encima al Baskonia. El portugalujo, que hasta entonces ejercía como segundo técnico, se vio en la tesitura de llevar la batuta durante varios duelos en un momento crítico de la temporada. En tierras israelíes, la empresa parecía harto complicada.
Sin embargo, el equipo vitoriano se hizo acreedor a un triunfo inapelable (68-79). La antigua Mano de Elías, ahora rebautizado como Nokia Arena, acabó silenciada por el excelente papel de la tropa azulgrana encabezada por Lezkano, en la actualidad al frente del Palencia Baloncesto de la Adecco Oro. Ni siquiera los 17 puntos y 7 rebotes del ahora integrante baskonista Lior Eliyahu alteraron el claro dominio visitante.
Este jueves, en el marco de la séptima jornada continental y con nada menos que el primer puesto de grupo en juego, toca rendir visita de nuevo al santuario hebreo, una de las pistas con más solera del Viejo Continente. De ganar allí, el Caja Laboral se adueñaría provisionalmente de la atalaya del grupo C -en espera del resultado que coseche el CSKA- y daría un paso de gigante para lograr la condición de cabeza de serie al final de la primera fase.
Casi tres años después, el preparador vizcaíno rememora aquella hazaña y detalla los entresijos de un campo de lo más caliente que estará aún más excitado con la vuelta del hijo pródigo Eliyahu. "Esa victoria es uno de los recuerdos más bonitos de mi etapa en Vitoria", subraya en primera instancia Lezkano. "Fue un partido muy competido, a muchos puntos. Empezamos muy bien con un gran cuarto inicial de Rakocevic. Todo el equipo rayó a un buen nivel, incluido Peker. Fue especial porque significaba ganar en una pista muy complicado y poner las bases de lo que sería la clasificación para la Final Four de Atenas", evoca.
motivación segura El imponente Nokia Arena, con una capacidad para 11.000 espectadores, no es una pista cualquiera. Al llegar allí, a cualquiera se le pone la piel de gallina. El Maccabi, considerado el símbolo de Israel, recibe un calor que le lleva en volandas y le hace sobreponerse a las adversidades. "Es una cancha caliente. Desde que sales a calentar, las gradas están llenas y sólo ves amarillo. Eso sí, tradicionalmente, se le ha dado bien al Baskonia desde la época de Bennett. Para ser una de las pistas más duras, al equipo no le ha ido mal", explica Lezkano.
Teniendo en cuenta las peculiaridades del rival baskonista y el efecto intimidatorio del público judío, el Caja Laboral tendrá una ardua tarea según su antiguo segundo técnico. "Es uno de los recintos míticos y uno de los clubes con más tradición en Europa. No es un pabellón bonito, pero el ambiente es fantástico. A todos los que estamos allí, nos gusta jugar en este tipo de lugares. Sales especialmente motivado, ya que desde que llegas a Tel Aviv el ambiente es especial por el seguimiento y la repercusión del equipo en el país. La policía te escolta en todos los lados... Es una de las tres o cuatro pistas donde más gusta actuar", valora.
Por si fuera poco, el regreso de Lior Eliyahu añade más picante a un duelo con todos los alicientes del mundo. "Será un partido especial para él. No hay muchos israelíes que hayan salido de su país para jugar, sobre todo del Maccabi. Es un club que mima a sus jugadores y es difícil que alguien de allí tome la decisión de irse", reconoce Lezkano.
Si bien la plantilla amarilla carece de los nombres impactantes de antaño que le catapultaron hacia el reinado continental, el actual cuadro de Pini Gershon atesora la munición necesaria para poner en apuros a un Caja Laboral diezmado todavía por las lesiones. "El Maccabi siempre es el Maccabi. Ha habido años en los que era intratable con Jasikevicius, Parker o Vujcic y fue campeón varios años de la Euroliga. Esta campaña, sin contar con ese mismo potencial, me parece un equipo muy respetable. Ganar allí siempre es muy complicado, aunque veo al Baskonia capacitado para ello", destaca.