Les visita un diezmado Caja Laboral. ¿Confiado en la sorpresa?

A Dusko le gustaría tener el equipo al completo, pero un equipo como el Baskonia tiene grandes jugadores y una capacidad enorme para regenerarse a sí mismo y un esquema muy definido. En estas situaciones, los demás jugadores dan un paso adelante para cubrir las bajas. Nosotros ya tenemos experiencias desfavorables en este sentido. Debemos preparar el partido con la misma intensidad, fuerza, ánimo y concentración como si vinieran con todos sus efectivos. Aun con bajas, el Caja Laboral es un equipo enorme.

Han firmado otro notable comienzo y pelean por alcanzar la Copa. ¿Algo que objetar a su equipo?

Somos un equipo nuevo, con mucha gente joven y sin experiencia en la ACB. Sabemos que, individualmente, tenemos jugadores con talento y que pueden crecer. Como grupo no estamos tan rodados como en campañas anteriores en las que existía la misma columna vertebral. También estamos satisfechos de nuestro bagaje viendo que nuestro buque insignia (Cusworth) se lesionó el primer partido y aún no puede jugar. Hemos debido trabajar en la doble línea de mejorar nuestros errores y superar una lesión tan importante. Con Brian tendríamos alguna victoria más. Nos falta coger regularidad. Somos capaces de jugar un partidazo en Badalona o competir con el Estudiantes hasta la prórroga, y hacerlo horrible en Granada. En la medida que lo hagamos, los resultados llegarán. Hay que estar unidos.

Para un modesto como el Suzuki Manresa, ¿no es un pequeño milagro lograr la permanencia?

Se podría calificar así. Aquí decimos que los milagros no se darían si la gente no trabajase con ahínco. En este club, todos trabajamos al máximo para que el proyecto sea una realidad, aunque cada vez es más difícil. Siempre pongo como ejemplo la final de Liga contra el TAU, que por entonces nos duplicaba en presupuesto. Hoy en día, aunque ellos han bajado algo, nos multiplican por cinco. Nuestra realidad debe ser que cada día aunemos todos los esfuerzos posibles para que esto salga adelante. Nos queda dar un paso adelante si queremos subir un peldaño en la ACB, como la ampliación del pabellón. Es una necesidad perentoria. También toca trabajar en la búsqueda de nuevos recursos porque, en caso contrario, no nos podremos mantener a pesar de que este año por el contexto de la crisis las distancias se hayan acortado un poco.

Tuvo que recurrir a una ampliación de capital y lanzar un S.O.S. a las instituciones para evitar la desaparición. ¿Bajan tranquilas las aguas?

Seguimos con el mismo S.O.S. y con idéntica necesidad de que la ampliación se complete. Este verano reducimos el presupuesto 200.000 euros. Ahora, tenemos el mínimo ACB (3,5 millones). Más esfuerzo ya no podemos hacer, ya que con menos dinero no se puede hacer un equipo mínimamente competitivo. Hasta el 30 de junio afrontamos el reto importante de sumar los recursos suficientes para terminar la temporada a un buen nivel y poder plantearnos la siguiente con garantías. Hemos perdido a nuestro sponsor principal (Ricoh), hay uno nuevo (Suzuki) que antes era el segundo del club, algo que ahora está vacante. Eso, para el capítulo de ingresos, ha sido un golpe fuerte. Debemos trabajar duro para salir adelante el año que viene.

Se han debido desprender de activos importantes como Asselin y Guillem Rubio. ¿Era inevitable?

Sí. Nosotros tenemos la vocación de formar jugadores en nuestra casa que luego pueden ser activos para otros clubes como Rubio, Rafa Martínez, Laviña u Oliver. Por otro lado, apostamos por jóvenes con mucho talento a los que nadie se atreve a dar minutos en la ACB o darles un puesto de titular porque piensan que están tiernos. Hacemos esto por vocación y necesidad. Entendemos que esta inversión nos puede permitir a la larga cubrir un presupuesto. Esto deberá sustentar la realidad durante mucho tiempo.

¿Viene en ciernes algún otro Rafa Martínez o Guillem Rubio?

Es difícil. En los últimos años, hemos sacado a gente de primer nivel como estos dos jugadores y también Llull. Esto no se consigue cada año. Tenemos jugadores en la plantilla que, aunque no han sido formados en Manresa, sí les hemos dado la oportunidad para que se hagan grandes aquí. San Miguel se está reivindicando, Gladyr es un gran proyecto que nunca ha disputado la ACB, la pasada campaña hicimos lo mismo con Ibaka... Las cosas nos están saliendo razonablemente bien, pero esto sólo es un elemento más para mantener vivo al club.

El Baskonia ha apostado por la juventud. ¿Le gusta su proyecto?

Mucho. Es un equipo tremendo, magnífico y, además, con calidad. Si hablamos de Marcelinho, Ribas, Splitter, Eliyahu, Herrmann... Todos son de primerísimo nivel, de lo mejor en Europa. El Baskonia ha hecho un ejercicio inteligente de bajar el presupuesto pero hacer un equipo más joven e igual de potente. Los resultados están ahí. Su bagaje en la fase regular es fantástico pese a las bajas. A diferencia del Barcelona y Madrid, que por nombres y experiencia parecen estar más hechos, crecerá. Le auguro un trayecto de crecimiento más importante durante la temporada y, a medida que transcurra la fase regular, serán más fuertes.

Para clubes como el suyo, ¿el Caja Laboral es un modelo a imitar?

Sí. Es fantástico lo que han hecho. Su gestión ha sido inteligente, controlando además el tiempo de casi todo y manteniendo la serenidad en los momentos difíciles, que no es fácil. También hay un contexto determinado que les ha ayudado. En Vitoria hay un clima para realizar un gran proyecto. Con 240.000 habitantes las inversiones juegan más a su favor que en un lugar pequeño como Manresa. Lo digo de verdad, las instituciones vascas han hecho una apuesta decidida por el deporte vasco en general y por el deporte profesional. Entiendo que la administración en Cataluña apoya el deporte de formación, pero con el profesional es diferente. No diría que el dinero se lo llevan otros clubes. En Euskadi hay una vocación clara por ayudar a los clubes con sus infraestructuras. En Bilbao van a hacer un pabellón nuevo, en Vitoria ampliarán el Buesa... Nadie vota en contra de eso. Tampoco hay que perder de vista el hecho de que hay un régimen foral propio que, a nivel tributario, permite gestionar mejor un club.

Se refiere a que los jugadores pagan menos impuestos en Euskadi que en otros lugares, ¿no?

Sí, pero no lo digo en tono de crítica, sino de sana envidia. Este año el equipo de Bilbao se ha quedado sin patrocinador y ha entrado la Diputación. Esto me parece impresionante. Los vascos siempre han sido clubes que, además de hacer bien las cosas, sobre todo el Caja Laboral, han encontrado la complicidad y se han encontrado muy arropados materialmente por las instituciones. Eso es una clave del éxito. Y esa clave la deberíamos importar en Cataluña. No lo digo como crítica a lo que dejamos de hacer en Cataluña, sino que hay un camino que lo están trazando desde Euskadi. Ese camino debería ser seguido por nosotros.