UNICAJA Cook (4), Dean (7), Welsch (12), Rubio, Archibald (2) -cinco inicial-, Williams (7), Rodríguez, Jiménez (8), Blanco (5), Lima (2) y Freeland (10).
BARCELONA Ricky Rubio (2), Navarro (18), Mickeal (4), Morris (5), N"Dong (7) -cinco inicial-, Lakovic (3), Vázquez, Sada (5), Lorbek (13) y Grimau (6).
Parciales 13-18, 14-12, 10-10, 20-23.
Árbitros Hierrezuelo, Perea y Soto. Sin eliminados.
Pabellón José María Martín Carpena ante 10.000 espectadores.
Málaga.El Barcelona venció ayer al Unicaja (57-63) en un partido marcado por el gran número de errores en ambos bandos, como muestra el bajo tanteo con el que finalizó el encuentro, en el que los catalanes supieron administrar mejor su superioridad en el juego interior y exterior. El técnico del Unicaja, Aíto García Reneses, sorprendió con la inclusión en el quinteto inicial del pívot Guillém Rubio, que no había participado en los últimos encuentros, y en el comienzo del choque el Barcelona se fue en el marcador con una diferencia de 2-8 en el minuto 3. Pero, a medida que transcurrían los minutos, la defensa andaluza empezó a funcionar y a crear problemas, lo que llevó al cuadro local a un parcial de 7-2.
Por su parte, el conjunto azulgrana, liderado por el escolta Juan Carlos Navarro, mantenía su diferencia al superar en el rebote a los malagueños y estar más acertado en el tiro exterior. La máxima diferencia para los visitantes fue de 21-30 en el minuto 17 pero, a partir de ahí, se estancó cometiendo muchos errores que el Unicaja supo aprovechar. El tercer periodo fue el más flojo por parte de los dos equipos. Un triple del alero Jiri Welsch igualó el marcador (30-30 al minuto 21) pero el Barcelona vio que su superioridad residía en el juego interior y envió una y otra vez balones al pívot senegalés N"Dong, que ayudó a conseguir un parcial de 0-8 y obtener una ventaja clara de 30-38. Sin embargo, a pesar de la superioridad, la escuadra de Xavi Pascual no lograba jugar demasiado bien.
Los últimos diez minutos fueron muy emocionantes e igualados, con intercambios de canastas y el alero Carlos Jiménez tirando del equipo andaluz gracias a dos triples. Pero la ilusión de un triunfo para los malagueños se desvaneció, y el Barça, aunque superado por momentos, tomó conciencia de su relajación y reaccionó con su mejor juego interior.