La grave crisis económica no conoce ningún tipo de fronteras. De ella, con las lógicas reservas, no se han librado este verano ni los más poderosos. El opulento CSKA no hace mucho el club más adinerado de Europa y con la chequera lista para firmar todo lo que se le proponga, ha visto mermada su capacidad competitiva en parte por la severa reducción de presupuesto emprendida durante el pasado verano.

Si bien su poder adquisitivo no tiene parangón para la mayoría de los clubes -entre ellos el Baskonia- tras haber adoptado esta medida, todo hace indicar que supondrá un lastre en sus aspiraciones de reverdecer los gloriosos momentos de las últimas campañas. A tenor de los ambiciosos movimientos de Barcelona, Real Madrid, Olympiacos o Panathinaikos en el mercado, esta campaña figura un escalón por debajo de los grandes favoritos.

El club del Ejército ruso, que este jueves rinde visita al Buesa Arena en el marco de la quinta jornada de la Euroliga, ya no infunde el mismo terror de antaño. El consorcio de minería MMC Norilsk Nickel, el mayor productor mundial de níquel y paladio, además del fabricante más importante de Rusia de oro, ha cerrado en parte el grifo a la hora de poner el dinero para atraer hacia la gélida capital moscovita a las estrellas más rutilantes.

Se estima que el CSKA, cuyo presupuesto se aproximó el pasado curso a los 35 millones de euros, ha reducido un 30% dicha cantidad. Así lo ha comunicado el director general Andrei Vatutin, que se topó con numerosas dificultades para mantener el sólido armazón que le ha posibilitado disputar las cuatro últimas finales continentales.

Los primeros síntomas de esta decadencia económica llegaron la pasada campaña. El equipo femenino, tan poderoso como el masculino, abandonó la Euroliga, estuvo a punto de desaparecer y dejó escapar a jugadores de primer nivel, entre ellas María Stepanova o la española Amaya Valdemoro.

Tan negro vio el panorama Ettore Messina que empezó a escuchar los primeros cantos de sirena del exterior. El técnico de Catania, cuyas peticiones en materia de fichajes siempre se habían visto satisfechas, rechazó convertirse en asesor del club y dio el visto bueno a la tentadora oferta de Florentino Pérez.

Este mismo camino estuvo a punto de ser seguido por Siskauskas y Holden. Los dos principales bastiones de la plantilla roja, con permiso de Langdon, flirtearon con otros equipos, pero acabaron renovando. El base estadounidense, eso sí, lo hizo a la baja y firmando un contrato sensiblemente inferior al de los últimos años. En cambio, Lorbek, Zisis y Morris debieron hacer las maletas para que la entidad se ahorrase sus elevadas fichas.

Su primera opción para el banquillo, David Blatt, se evaporó. Contra todo pronóstico, el vigente subcampeón continental apostó entonces por un técnico de perfil bajo como Evgeni Pashutin, procedente del Spartak San Petersburgo. Aunque el CSKA marcha invicto en la competición rusa, su rendimiento en la Euroliga está bajo sospecha tras las derrotas ante el Lottomatica y el Maccabi. La directiva ya ha ratificado al capitán. ¿Un mal síntoma?