Buscando ampliar la diversidad y las nuevas alternativas para el campo, el Gobierno Vasco ha convocado ayudas para el año 2022 a explotaciones de los subsectores productivos de lúpulo, cereales panificables, caprino de leche, frutos secos (nogal y avellano), frutales para mesa, horticultura extensiva en regadío, guisante lágrima, trufa, equino endurance, y oleaginosas de prensado en frío para alimentación humana o animal.

Dotadas con un montante global de 500.000 euros, el objetivo es potenciar la puesta en marcha de nuevos nichos agrarios ligados a la innovación y la calidad que demanda el mercado, y que favorezcan a su vez procesos de transformación productiva y rejuvenecimiento en el sector agrario vasco.

Para abarcar al mayor número de beneficiarios, estas ayudas se han planificado para apoyar a personas emprendedoras que apuesten por incorporarse, o ya estén presentes, en estos nuevos nichos productivos.

Estos nuevos nichos, detectados desde los centros de investigación e innovación agraria responden a demandas crecientes de los consumidores que piden productos de calidad, saludables y cercanos. De hecho, algunos de ellos, tales como el lúpulo con interesantes desarrollos en Montaña y Valles Alaveses, los frutos secos en crecimiento en la zona de Zambrana-Berantevilla, las leguminosas de Añana, la fruta de mesa o la leche de cabra son cultivos muy demandados. Estas nuevas producciones agrarias son consecuencia del trabajo que el ejecutivo autónomo lleva a cabo para conciliar las potencialidades del agro vasco con las necesidades del mercado.

Con ello el Gobierno Vasco busca posibilitar el asentamiento de nuevas estructuras de transformación y comercialización alimentarias, reforzar la política de producir alimentos bajo regímenes de calidad certificada, y aportar nuevas posibilidades de incorporación de jóvenes personas emprendedoras al sector agrario que permitan un rejuvenecimiento de este.

Según el tipo de explotaciones, las ayudas pueden alcanzar los 40.000 euros para el lúpulo; 20.000 para cereales panificables, cono los que se desarrollan en Salcedo; 60.000 para frutos secos procedentes de frutales de cáscara como nogales y avellanos; otros 60.000 para frutales de mesa, como las fresas; 70.000 para la trufa; 60.000 para horticultura extensiva, como podrían ser los tomates hidropónicos de Tuesta; 60.000 para guisantes-lágrima; 30.000 para oleaginosas para alimentación humana o animal; 20.000 para apoyar el equino endurance, la cría para usar los caballos en un deporte en el cual se pone a prueba la velocidad, habilidad y la resistencia física y psicológica de caballo y jinete; y finalmente 80.000 para el desarrollo del caprino-leche.