La teoría explica que los locales hosteleros no deben cobrar por el agua de grifo cuando se pide y que deben facilitarlo a los usuarios si así lo solicitan. Lo que ocurre es que a veces la práctica dista mucho de ser sencilla de entender.

Una familia gasteiztarra se ha puesto en contacto con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA para relatar lo que les sucedió este pasado fin de semana en un conocido restaurante del centro de Vitoria. En la narración, explican que eran cuatro para cenar, una pareja y sus dos niños. A la hora de pedir las bebidas, los citados solicitaron un par de cañas y una jarra de agua con dos vasos.

La camarera responsable del servicio les sirvió las cervezas y dos vasos "minúsculos" de agua. Tras pedir la comida, se volvió a solicitar la jarra de agua, por comodidad y para rellenar los vasos según se vaciaban. Como respuesta llegó la comanda y otros dos vasos de agua. No había rastro de la jarra.

Libro de reclamaciones

La familia siguió con su cena y en el transcurso de la misma volvió a pedir la jarra de agua que no llegaba. Como respuesta, se acercó el responsable del restaurante de marras para exponer la política del establecimiento. Según la misma, si hay necesidad de beber más agua de grifo que el que cabe en los "minúsculos" vasos, el itinerario hacia el baño para rellenar los mismos es la solución que tienen los clientes. También les ofreció el libro de reclamaciones por si persistía el enfado.