Blanca Hidalgo se tenía que haber llamado Purificación, por eso de haber nacido a principios de febrero, pero a su padre se le olvidó cómo la iban a poner de camino hacia el Registro Civil, así que improvisó otro, el de Blanca, "porque ese día había mucha nieve", recuerda esta mujer que finalmente quedó tan encantada con su nombre, el mismo que lleva la patrona de Vitoria, que cuando supo que iba a ser madre y que el médico le dijo que salía de cuentas en agosto, decidió poner a su hija Zuriñe. Nació un 27 de ese mes y como cuenta también su niña, ya adulta, está "muy orgullosa de llamarse así". "Pero casualidad, cuando quedé luego otra vez embarazada, tuve a mi segunda hija el 5 de agosto, pero entonces, ya no la podía ni llamar Zuriñe ni Blanca, así que la pusimos Ainhoa, porque mi hija mayor así lo quiso", precisa con una enorme sonrisa.

Hoy, por cuarto año, madre e hija, no se han querido perder el homenaje que cada mes de mayo, el de la Virgen, organiza la Cofradía de la Virgen Blanca, con una misa y ofrenda floral en la San Miguel, desayuno en el museo de los Faroles y visita por los murales del Casco Viejo al que han asistido 26 Blancas, ocho Nieves, dos Edurnes y cuatro Zuriñes.

"Esta jornada se venía haciendo desde el 12 de agosto de 1951, tal y como reflejan las actas, y nosotros, desde el año 2015 la recuperamos con muchas ganas. Hemos llegado hasta 100, desde bebés hasta 80 años, y hoy estamos 40, la mayoría de 30, 40 a 60 años. Ahora se hace el primer sábado de mayo, siempre con el objetivo de que sea un día de fiesta, hacer un surco de amistad para todos los años e intentar ser cada día más en la Cofradía. Por eso invitamos a todas las Blancas, Nieves, Edurnes y Zuriñes", detalla Ricardo Sáez de Heredia, abad de la Cofradía de la Virgen Blanca.

"Charlamos un ratito"

Otra de las que ha asistido a esta jornada ha sido la vitoriana Blanca Extramiana. "Nací muy cerca del día de la patrona, el 31 de julio en mi caso, y por eso me llamaron así", explica esta mujer que ha vivido en la Correría toda la vida y todo lo que tiene que ver con la patrona le "encanta". De ahí que sea cofrade y que no se haya perdido este día desde que empezó a celebrarse. "El acto que más me gusta es la misa y el rato en el que nos juntamos todas las Blancas y charlamos un ratito", precisa desde el museo de los faroles, donde tuvo lugar un desayuno servido por La Brasileña y que contó al final con un sorteo de cuatro bolsas con obsequios de la perfumería Ibarrondo.

Otra cofrade, Rosa Blanca Peñacoba, en cambio, nació el 22 de noviembre, el día de Santa Cecilia, pero la bautizaron finalmente en honor a la Virgen Blanca "por tradición familiar, pero estoy muy contenta con este nombre". Por eso, nunca se pierde este acto desde que se reanudó hace unos siete años. "Es muy agradable, me lo paso muy bien, aunque de todos los actos que se hacen, me quedo con la misa y la ofrenda floral. Al final, nos conocemos todas ya de vista. Somos caras conocidas de otros años", destaca.

El nombre de María Nieves Delgado también hace referencia a la patrona de Vitoria, por ese hecho milagroso ocurrido un 5 de agosto, en pleno verano, cuando apareció nevado el Monte Esquilino, cercano a Roma, como señal a un matrimonio romano, devoto de la Virgen. Sin embargo, ella, aunque se crió aquí, en Gasteiz, no nació en la capital alavesa sino en Palencia "y me pusieron Nieves en honor a mi madrina, una tía de mi padre, y casualidad, vine a vivir Vitoria de chiquitina, hasta hice aquí la comunión. Desde entonces, estoy todavía más contenta con mi nombre porque llamarse como la Virgen Blanca, pues fíjate...", cuenta con orgullo esta mujer de 85 años que nunca falla tampoco a esta jornada de la Cofradía de la Virgen Blanca.