No es oficial, pero sí una realidad. La recuperación de la vida con sus usos y sus costumbres, como solía antes de la llegada de la pandemia de covid-19, también traerá consigo el regreso a Gasteiz de las celebraciones religiosas tradicionales de Semana Santa. Estas fueron suspendidas durante los últimos dos años por la incidencia de la enfermedad y la vigencia de las medidas de profilaxis y alejamiento social impuestas por las autoridades sanitarias para evitar la propagación de la infección. En cualquier caso, y en vista de la nueva etapa de la enfermedad, que va camino de su gripalización, el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ya ha confirmado que sí habría procesiones este año. Ahora solo resta superar los miedos de los cofrades para que los pasos luzcan como lo hacían antaño.

Tal y como han indicado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA fuentes del Obispado, de momento desde la institución eclesial se van a reunir con las cinco cofradías de la capital alavesa para organizar recorridos e idear las medidas necesarias para garantizar la máxima seguridad sanitaria de quienes retomen el camino de los que en 2019 fueron los últimos en procesionar por las calles de la capital alavesa.

En la misma línea, ya hay decisiones que sí se han adoptado al respecto. De hecho, hay intención (que se materializará en breve), según los mismos portavoces eclesiales, de empezar a convocar a los cofrades, más de 500, para explorar el volumen de la participación en las procesiones. También se ha decidido, por lógica, organizar y celebrar los oficios de Semana Santa en todas las parroquias de Vitoria y de la zona rural y los presididos por el obispo en las dos catedrales de la capital. No hay que olvidar que estas fechas son trascendentales en el calendario litúrgicos de la fe cristiana, y del acervo católico especialmente.

Llamamiento a la participación

Pese a tales consideraciones, en la institución eclesial son conscientes de los problemas aledaños que han surgido como consecuencia de los dos años de pandemia que han mermado física y espiritualmente a muchos de los fieles, que este año aún no se han planteado retomar su participación como antaño. No en vano, desde el gobierno de la diócesis ya manejan "bajas" entre los participantes en las procesiones.

Por eso, el Obispado hace un llamamiento a la ciudadanía en general y a la feligresía en particular para que se sumen a los pasos que acostumbran a santificar la Semana Santa gasteiztarra. Si la llamada surte efecto, los interesados pueden ponerse en contacto con la institución en el mail contacto@cofradiadelaveracruz.com. La intención, lógicamente, es "retomar con fuerza la vuelta de las procesiones de Semana Santa, pues es el primer año tras el parón", indican los portavoces consultados.

Pregón y pregonero

A expensas de comprobar el éxito de la llamada eclesial para participar en la Semana Santa de Vitoria, lo que sí que está cerrado es el pregón para estas fechas de tan arraigado componente religioso. Según ha podido conocer en exclusiva este diario, este tendrá lugar el viernes 1 de abril a las 19.00 horas en la Catedral de Santa María. El pregonero será José Domingo Gómez, deán de la Catedral, doctor por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en Filosofía y Psicología y profesor universitario en el Campus de Álava, quien disertará sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Contará además con la interpretación de piezas sacras por parte de la Banda de Música de Elciego.

Con todo ello, cuando lleguen las fechas santas -este año, en abril-, decenas de ciudadanos harán un pequeño esfuerzo para resistirse a la marcha de vacaciones y harán lo posible por quedarse en la ciudad con el fin de mantener vivos los actos religiosos. Entre esos vitorianos, acostumbraban a ser alrededor de 200 las personas que participaban el Jueves Santo por la noche en la Procesión del Silencio, una tradición que data de 1538, y que protagoniza la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de la Vera Cruz. Según indican desde el Obispado de Vitoria, pese a que hubo procesiones en la capital alavesa desde mucho antes de la fundación de la citada cofradía, esta procesión se lleva realizando de manera ininterrumpida desde 1950 por las calle de Vitoria. Claro está, con las excepciones impuestas por la salvedad sanitaria ligada a la pandemia de coronavirus.

Aparte de los citados, hasta 2019 acostumbraban a salir otras 330 personas en la Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo, la más multitudinaria de todas, al contar con el apoyo de todas las cofradías.

En cualquier caso, el calendario procesional de Vitoria empieza el Viernes de Dolores, que es la fecha que marca el inicio oficial de las procesiones de Gasteiz, con su recorrido desde la iglesia de San Vicente hasta Santa María, acompañando a la Virgen.

Momentos esperados

Entre los momentos más esperados del programa religioso estará el protagonizado por la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de la Vera Cruz, sobre todo, cuando comience a conducir los seis pasos que escenifican el calvario de Jesús.

Destaca el impresionante tamaño del primer paso, la Última cena, y el Ecce homo, la talla flamenca estrella de la Pasión, del siglo XV, que los visitantes, con fe o sin ella, pueden admirar en este desfile con inicio y llegada en la iglesia del barrio de los Desamparados, y que suele ir acompañado de tambores y de cruces al hombro.

El tradicional calendario de Semana Santa, a expensas de los cambios que puedan decidirse dadas las circunstancias, acostumbra a incluir para el mediodía del viernes el Sermón de las siete palabras en la iglesia de San Vicente. Un poco más tarde, a las 19.30 horas, y en ese mismo templo, suele tener lugar el de la Soledad, y después, a las 21.00 horas, la Procesión del Santo Entierro que, desde esa misma iglesia, pondrá rumbo a la cuesta de San Francisco para ir a Mateo de Moraza, Virgen Blanca, Postas, La Paz, Portal del Rey y San Vicente. El Domingo de Resurrección, a las 12.00 horas, la misa pontifical de Pascua, suele poner el broche a estos actos, en la Catedral de Santa María. Pero media hora antes, se da la Procesión de estandartes, desde la iglesia de San Vicente y repique de campanas en las cuatro torres.

200

Personas son las que acostumbraban a protagonizar la Procesión del Silencio.

500

Son las personas que acostumbraban a participar en las procesiones.