- Bodegas Valdemar, de Oion, vuelve a demostrar su carácter de pioneros con la creación del primer vino espumoso con DOCa Rioja que cuenta con la indicación geográfica de Viñedo Singular. Es la primera vez que esta histórica bodega se decide por crear un espumoso, y lo hace con un vino premium, presentado en estuche de madera y con una producción limitada de 2.050 botellas.

Se trata de una novedad que nace en la finca Alto Cantabria, uno de los primeros viñedos que consiguió la acreditación de la nueva indicación de Viñedo Singular por la DOCa Rioja. Un lugar lleno de historia que pertenece a la familia Valdemar desde hace cinco generaciones. Tiene unas características geológicas muy especiales que los animó a convertirlo en un gran viñedo de Viura en los años 70, cuando la uva blanca aún era una rareza en Rioja. Sus suelos calizos son de nuevo los protagonistas de un nuevo hito en la historia de los vinos riojanos, ya que para la creación de esta nueva referencia se seleccionó una pequeña parcela de este viñedo que por sus características resultaba idónea para la elaboración de un espumoso.

El fruto de esta nueva aventura es Conde Valdemar Finca Alto Cantabria Gran Añada 2017. Un vino espumoso premium, lleno de carácter, para cuya crianza se han utilizado barricas de roble francés. En nariz presenta aromas de gran intensidad que recuerdan a frutas, flores blancas y minerales que evocan el origen calizo de su suelo de procedencia. Un suelo que tiene mucho que ver también con el punto salino que muestra en boca, realzando su frescura y complementándose con una cremosa burbuja y matices de pastelería fina.

Por otro lado, Juan Luis Cañas anunciaba hace tan solo un año el hallazgo de 37 cepas de Benedicto en sus viñas de Rioja Alavesa. Ahora, sabe que las viñas viejas que cultiva en Ribera del Duero albergan también cepas de esta variedad cuyo apodo, “la madre del tempranillo”, no deja dudas sobre su relevancia histórica.

Desde el año 2016, la familia Luis Cañas está inmersa en un proyecto de recuperación varietal con el que ha llegado a censar cerca de 40 variedades de uva minoritarias en sus viñedos de Rioja Alavesa. El proyecto ha sido llevado a cabo por el propio equipo técnico de las dos bodegas (Luis Cañas en Villabuena de Álava y Amaren en Samaniego), con la colaboración del Instituto de la Ciencia de la Vid y del Vino y el apoyo del CDTI.

El valor histórico de estas plantas es indiscutible, y hasta la fecha, apenas se había podido localizar alguna cepa aislada por Madrid, Aragón y Navarra.

Con la experiencia de estos seis últimos años de investigación en Rioja alavesa, la familia pretende llevar el proyecto de recuperación varietal a la zona de La Aguilera, donde está asentada su bodega Dominio de Cair.

“Ha sido muy emocionante encontrar Benedicto en las viñas de Cair. Intuimos que nos vamos a llevar sorpresas, ya que contamos con una superficie importante de viñedo viejo. Dominio de Cair se sitúa en una zona a la que no llegó la concentración parcelaria, donde subsisten muchas viñas de setenta años y más, entre la que tendremos muchas posibilidades de encontrar no solo Benedicto, sino también variedades en desuso y quizás hasta desconocidas”, destacan.