Alivio y liberación es lo que siente la hostelería alavesa ante el frenazo de los jueces a la ampliación del pasaporte covid en los bares. El sector espera ahora que vayan decayendo el resto de restricciones impuestas, sobre todo, la obligatoriedad de consumir sentados y los límites de aforo y de horarios.

Después de que el TSJPV haya rechazado prorrogar el decreto vasco que amplió el uso del pasaporte covid en diciembre, ahora, el certificado de vacunación sólo puede exigirse en Euskadi en los locales de ocio nocturno y en restaurantes de más de 50 comensales.

Un fallo aplaudido por el vicepresidente de SEA Hostelería de Álava, ya que "nos quitan la responsabilidad con la que nos cargaron, y que no teníamos que haber asumido nunca", considera Juan Carlos Antolín. Prefiere no opinar sobre la efectividad del certificado para evitar contagios porque esa labor-dice- tienen que hacerla otros, pero sí critica el hecho de que, para todo, siempre les usen a ellos, al sector hostelero.

"Las olas nos van a comer a todos"

"Me parece injusto, sólo somos un pequeño dique que, además, no va a parar ninguna ola porque las olas nos van a comer a todos, y que nos pongan ahí, de muro, es un absurdo total", critica Antolín. Opina, además, que de exigir el certificado covid, tenían que haberlo hecho antes, sabiendo lo que venía, porque ellos ya tienen los datos de vacunación. "Pero no, han esperado a unas fechas tremendas como son las navidades; nos han echado ahí, a las trincheras, y cada uno hemos hecho lo que hemos podido. Que ha servido para animar a la gente a que se vacune..., pues vale, pero que no teníamos que haber sido nosotros los encargados de pedir el pasaporte covid, también", piensa.

Ahora llegan las consecuencias. En su opinión, el pasaporte covid sólo ha traído a la hostelería alavesa merma de ventas, bajada de clientes, anulación de reservas, el enfado de mucha gente y, en definitiva, pérdidas económicas que se suman a las que ya arrastra el sector durante toda la pandemia, sobre todo las primeras semanas, más preocupados de solicitar el pase covid que de atender a los consumidores. "Todo eso lo estamos pagando ahora, ya que Navidad siempre ha servido de colchón para los meses malos que llegan después, como febrero; la verdad: es todo bastante preocupante en el sector", resume.

"Que nos dejen trabajar"

Por eso, de cara a los próximos meses, el vicepresidente de SEA Hostelería de Álava espera que, tanto las restricciones, como los contagios por covid vayan a menos y les dejen trabajar. "Confío en que en la reunión del 13 de febrero esté contemplado eliminar otras restricciones, sobre todo la de consumir sentados, también los límites horarios y de aforo", anhela.

"En otras provincias no han hecho lo de aquí y los contagios no han ido ni mejor ni peor; no hay una fórmula mágica, que nos dejen trabajar normal, que bastante tenemos con que febrero va a ser un mes muy malo y, sin embargo, vamos a pagar los mismos impuestos". Considera Antolín que las medidas anti covid han sido "más duras" en Euskadi que en otras comunidades.

Cierre de bares

"Nos están privando del ocio nocturno, que está sufriendo mucho, pero esa situación afecta a otros sectores, va en cadena: los restaurantes no dan cenas, la gene no va a la peluquería ni se compra ropa porque no va a poder salir de noche", explica.

Todo ello desemboca -corrobora- en más bares cerrados, establecimientos que han ido aguantando a duras penas a lo largo de la pandemia y que ya no han podido más. "Lo de esta última campaña de Navidad ha sido bastante duro, un hachazo gordo, y de alguna manera habrá que ayudar a todos esos hosteleros que han bajado la persiana, no por mala gestión, sino por todo lo sufrido en pandemia que, además, es muy difícil de cuantificar, pero ya lo del pasaporte covid ha sido...".