La empresa Azucarera ha llevado a cabo el cierre temporal de la fábrica de Miranda de Ebro, debido a la imposibilidad de mantener el flujo de entregas de remolacha a causa de las intensas lluvias de las últimas semanas, que impiden a los agricultores el acceso a sus parcelas con la maquinaria pesada que usan para esta finalidad.

La previsión que tiene la empresa es que los arranques y entregas de remolacha se realizará en cuanto la meteorología sea favorable y mejoren las condiciones de arranque, por lo que se prevé empezar de nuevo en enero de 2022, lo que alargará la campaña hasta finales de ese mes.

Con menos lluvias, el año pasado la campaña finalizó poco antes de las Navidades, tras 45 días de arranques y entregas.