Jorge Cabanellas es un escritor novel y miñón de Álava que, con seis años en el cuerpo y una inquietud por toda la historia del cuerpo foral, ha realizado un arduo trabajo de investigación durante tres años para escribir La Historia de los Miñones de Álava, un libro que cuenta tres siglos de la historia del Territorio vividas a través de este cuerpo policial. Gracias a la información recopilada en archivos históricos y con testimonios de primera mano de los descendientes de los agentes, se muestran fotografías totalmente desconocidas hasta la fecha y se reivindica su labor en defensa de la seguridad de la provincia. Esta obra se suma a otras investigaciones que hacen parte de una trilogía, como, por ejemplo, Miñones de Vizcaya. Policías forales del Señorío o Los últimos miqueletes de Guipúzcoa. DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA habla con el autor que a lo largo de las 500 páginas de este libro logra plasmar de forma original las aventuras protagonizadas por los integrantes de este cuerpo policial durante varias generaciones.

¿Cuántos años ha trabajado como miñón de Álava y cómo surgió la idea de escribir este libro?

-Llevo tres años trabajando en el libro, es una trilogía porque el primero empezó con los Miñones de Vizcaya; el siguiente, con los de Gipuzkoa; y este ha sido el último. La idea surgió cuando vi que no había nada interesante sobre ningún personaje o libro de acción que realmente llamase la atención sobre los alaveses o cuando veo que mis hijos no tienen nada que les motive a leer sobre su tierra. A la par, vi la posibilidad que era encontrar un libro que fuese de historia y al tiempo que contara cosas emocionantes, acciones, aventuras y un montón de circunstancias apasionantes dentro de lo que han sido los miñones de Álava.

¿Cómo fue el comienzo de la investigación?

-Tardé tres años en investigar, pero lo principal fue buscar la información y localizar a los ancestros o a los familiares de miñones que pudieran existir. Por eso, me tocó buscar en Álava y en el extranjero, en sitios como Venezuela, México, Canadá y Estados Unidos para localizar descendientes de origen alavés que aún recordasen que algunos de sus familiares hubieran sido miñones. Prácticamente todas las familias alavesas han tenido algún miembro en el Cuerpo de Miñones de Álava.

¿Cuánto tiempo tardó el proceso de documentación, tanto testimonial como gráfico?

-Las imágenes han sido muchas, a lo largo de estos tres años he tardado en conseguir las imágenes de muchas familias que tenían guardadas y no han visto la luz. Son inéditas, he encontrado fotografías de miñones de las guerras carlistas. La foto de la portada del libro hace referencia a un batallón de niños del año 1900, algo que ha llamado la atención de la gente. Dentro del libro, hay fotografías de estos niños con el uniforme de miñón y las niñas de cintura para arriba con el traje de miñón y de cintura para abajo con la típica falda vasca.

Este libro es una memoria histórica de un cuerpo policial de gran relevancia pero que, sin embargo, es desconocido para muchos alaveses. En sus líneas, ¿qué podrán encontrar?

-El libro no solo refleja el reconocimiento del cuerpo, sino de los propios miñones, desde su creación hace 227 años y de las cosas espectaculares que hicieron. Lo que se va a encontrar es un sinfín de aventuras, de acciones de guerra, de delincuentes, ejecuciones, traiciones, de todo tipo de historias que en realidad han pasado aquí y que todos los alaveses merecen conocer. Aquí han pasado muchas cosas interesantes, es un libro de historia basado en hechos cronológicos por lo que con un trabajo así se puede hacer una serie o una película. Hay anécdotas que han pasado de tiroteos y de persecuciones en cantidad de sitios donde vemos a los miñones actuando y que han sido increíbles.

Aparte de las anécdotas, esta obra refleja la historia del cuerpo foral desde su aparición hasta la actualidad, ¿qué más podrán encontrar los lectores?

-En el libro hablo de todo. Al principio cuento desde cuántas veces comían al día, a qué hora dormían y dónde, cuál era su vestuario o su armamento. También se habla de fusilamientos de miñones en batallas y cómo luchaban contra el crimen. En una historia que abarca tres siglos del cuerpo, los cuarteles han ido variando junto a la fisonomía de Vitoria, por lo que vamos a ver la ciudad de otra manera.

En sus quinientas páginas hay una unión del pasado, presente y futuro de los miñones. ¿Hay alguna anécdota particular que quiera rescatar?

-Una curiosidad que quise resaltar en el libro es que hemos localizado por primera vez la tumba del primer policía vasco que fue asesinado en acto de servicio. Está en Fuentesaúco, Zamora. Domingo de Amézaga, de 45 años, fue asesinado en 1800 cuando había partido junto a otros seis compañeros a tierras castellanas. Se pudo encontrar la tumba gracias a unos documentos aparecidos debajo de Valladolid, que ya nos contaban dónde fue enterrado, en qué momento recibió sepultura después de sufrir unas heridas de bala y tuvo que ser enterrado allí porque en aquella época no había manera de traer un cadáver desde allí.

Los miñones han sabido adaptarse a cada momento histórico, ¿cómo explicar todo esto de una forma atractiva para el público?

-He ido haciendo una novela. Lo que he tratado en vez de hablar del cuerpo, es hablar de todas esas personas y ponerles nombre a todas las que participaran en cualquier tipo de actuación, persecución, tiroteo, duelos, de manera que las personas que lean esto reconozcan apellidos alaveses de siempre y que reconozcan si lo tienen.

Una vez que tiene el esquema definitivo del libro, ¿cómo consigue que sea editado y publicado?

-No ha sido un gran problema, porque hay interés sobre el tema y no hay libros que cuenten historias curiosas de acción o llamativas sobre alaveses. Quitando la Batalla de Vitoria, sobre Álava no hay nada más. Espero que se sorprenda la gente porque van a encontrar con fotografías de familias que nunca han visto la luz, desde niños vestidos de hace un siglo con el traje de miñones y que en ese tiempo era completamente natural.