El belén monumental de La Florida es una de las grandes referencias de la Navidad vitoriana y DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se mete de lleno en un recorrido por la historia de esta composición que se estrenó en 1962 y que es todo un referente a nivel internacional, tanto por los alrededor de tres centenares de figuras de tamaño real que la protagonizan como por el espacio en el que se ubica, que le dota de un mayor realismo.

Miles de visitantes se internarán en las próximas semanas (está abierto desde el 3 de diciembre hasta el 6 de enero) por el recorrido del bicentenario parque, en el que también se zambulle DNA para descubrir todos sus secretos de la mano de la historiadora y directora de la empresa turística Guías Artea, Elisabeth Ochoa de Eribe, a quien la voz se le llena de ilusión cuando se refiere al belén.

"Es un museo temporal al aire libre que se ha ido ampliando desde las siete piezas originales de 1962 gracias a las aportaciones de todos los visitantes que han servido para que los autores vitorianos hayan ido diseñando nuevas figuras y renovándolas con el paso del tiempo", detalla la historiadora, quien destaca que se trata de un "reclamo turístico brutal" durante estas fechas, y que, de no referirse específicamente a la Navidad, debería mantenerse durante todo el año. "Hay gente que viene a Vitoria en diciembre exclusivamente para ver nuestro belén".

El montaje se inauguró en 1962 y es una recreación de la aldea en la que nació Jesús según la tradición católica, aprovechando los espacios naturales que ofrece el parque de La Florida y que lo convierten en un escenario completamente realista. Aún incluso sin poder hacerse uso de la gruta que históricamente ha albergado la escena del nacimiento, las colinas, el arroyo, el arbolado y todos sus recovecos componen un fondo bucólico.

"El entorno es maravilloso y al final la composición se ha convertido en un museo al aire libre respetando el espacio existente en el parque. La pena ahora es que no podemos usar la gruta por los problemas técnicos que tiene y es fundamental recuperarla porque es el punto de la visita que quienes vienen consideran más bonita", relata Ochoa de Eribe.

De nuevo este año, el pesebre con las figuras del Niño Jesús, la Virgen María, San José, la mula y el buey se encuentra en un espacio al lado de la gruta. Es ahí donde se pueden realizar donativos económicos, un dinero que es clave para la conservación y mejora de las figuras. Y es que, a pesar de que su gestión es municipal, la propiedad es de los vitorianos y a través de los donativos se restauran las figuras y se encargan otras nuevas a los talleres locales.

La recaudación decayó de manera significativa el pasado año, ya que la confluencia de la pandemia y la imposibilidad de acceder a la gruta propició que las visitas bajasen y también los donativos. La directora de Guías Artea, la experiencia de 25 años haciendo visitas la avala pero también el hecho de haber visitado el belén desde niña, considera que esa entrada en la gruta es lo más apasionante de todo el recorrido y que haberla perdido supone un problema importante.

"Me acuerdo que para los niños de mi generación lo más bonito era entrar en la cueva y que nos daba un miedo horrible porque hasta bien entrada la década de los noventa no se cambió la iluminación y casi te chocabas con la mula y el buey, que no los veías". Precisamente, la historiadora desvela que esas dos piezas, las de la mula y el buey, son las únicas originales de escayola que se mantienen desde 1962 y que las condiciones meteorológicas fuera de la gruta no ayudan a su conservación.

Esas dos figuras son el recuerdo del primer desembarco en La Florida hace ya casi sesenta años. "Estábamos a 18 grados bajo cero y los operarios tuvieron que hacer fuego para montar el belén. Además, en el transporte en camión las piezas se chocaron entre sí y tuvieron que repintarlas allí mismo. Y encima la mula y el buey no entraban en la gruta y hubo que serrarles los cuartos traseros", rememora.

Ese primer conjunto escultórico "costó 50.000 pesetas", mientras que ahora cada composición "ronda entre 10.000 y 12.000 euros". De la escayola de las figuras originales se ha pasado a la fibra de vidrio y todos los años hay que acometer restauraciones en las piezas, pues la pintura sufre mucho con las inclemencias meteorológicas. Dinero que sale siempre de las donaciones, que también permiten que poco a poco se vayan estrenando varias figuras. Una cuestión que no se producirá este año, ya que la construcción del nuevo castillo de Herodes se llevó buena parte del presupuesto.

"Tratar de buscar cada año las figuras nuevas es una de las grandes aficiones de los vitorianos que visitan el Belén, pero este año tampoco tenemos ninguna novedad. La inversión en el nuevo castillo ha sido importante y, aunque se han realizado algunos pequeños añadidos como un burrito y ropa tendida, las últimas figuras que estrenamos son de años anteriores", detalla.

Las últimas figuras en sumarse a la composición fueron Olentzero y Mari Domingi, una quesera junto a un lote de cabras y unos niños jugando con construcciones de madera. Precisamente, el cambio más relevante este año es la nueva ubicación de la casa de Olentzero y Mari Domingi, que estará según se accede desde la calle Becerro Bengoa para acercarla al centro de la ciudad.

Al margen del nacimiento, Ochoa de Eribe destaca que a los niños les llaman mucho la atención, como no podía ser de otra manera, los Reyes Magos, que en Vitoria van a caballo, y también la lavandera y el molino que se mueve con el agua del arroyo del propio parque. Eso si, lo que todo el mundo destaca es el realismo que transmiten las figuras y la vívida representación de los oficios de la época.

Y las simpatías se reparten entre varias figuras, la guía turística tiene claro quién es el único personaje que acapara todas las miradas aviesas. "Sin duda, el menos querido es Herodes; es el que más odio despierta". Junto a la recreación del rey de Judea hay dos soldados que custodian su castillo y que representan otras dos de las características especiales del belén vitoriano. "Son figuras que han cambiado su función, pues los soldados, que ahora son de fibra de vidrio, anteriormente eran los pajes de los Reyes Magos, que eran de escayola, algo que también sucede con una lavandera que antes fue la Virgen María. Pero, además, los rostros de los soldados corresponden a dos vecinos de Vitoria, pues los artistas locales tratan de tomar como modelos a personas de la propia ciudad", desvela la experta.

Las curiosidades no acaban ahí, pues hay una figura que genera incertidumbre entre no pocos vitorianos. Se trata de la

figura de un mendigo, que se encuentra por fuera del vallado y que muchos creen que se trata de una de las esculturas que decoran el parque y no de una pieza del belén. "Hay mucha gente que piensa que está ahí todo el año, casi una creencia popular, e incluso hay quien asegura que corresponde a un conocido vagabundo de la ciudad. Pero la verdad es que es una figura más de la composición belenística", revela.

El hecho de que el mendigo se encuentre fuera del vallado es lo que diferencia esta figura del resto. Pues, como recuerda la historiadora, "ese cercado se utiliza para que los visitantes no se acerquen a unas figuras que son muy delicadas". Pero como llevarse un recuerdo cada vez está más de moda, en su momento se construyó la figura de un niño con un burro, situada en el Paseo de La Florida delante del Jardín Secreto del Agua, que está reforzada para aguantar entre 120 y 150 kilos de peso y que quien quiera pueda subirse en sus lomos para una fotografía.

El vandalismo y los robos han estado asociados al belén de La Florida desde su inauguración y Elisabeth Ochoa de Eribe quiere hacer un llamamiento al respeto. "Es un patrimonio de todos los vitorianos, por lo que estropearlo es como si llegas a tu casa y rompes algo. Las figuras son muy delicadas y hay que respetar el vallado. Porque, además, está el riesgo de que te multen. Eso sí, yo recuperaría el castigo antiguo, que consistía a venir a ayudar en un montaje que tarda un par de meses, para que la gente que no se comporta viese lo que cuesta ponerlo en marcha".

Visitar a La Florida y disfrutar del recorrido contemplando todas las figuras. Un plan ineludible para los vitorianos entre el 3 de diciembre y el 6 de enero, que pueden disfrutar de un belén único en el mundo casi en la puerta de sus casas.