Un producto tan arraigado en Álava como la uva puede ayudar a mejorar el control de la glucosa en la sangre, cuya concentración excesiva está detrás de la aparición de importantes problemas de salud.

Así lo sugiere un reciente estudio del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, que arroja esperanzadoras conclusiones para las miles de personas con dificultades para regular adecuadamente sus niveles de azúcar en el organismo, ya sea en ayunas o después de ingerir alimentos. Son pacientes que, en muchos casos, desarrollan el conocido como síndrome metabólico, un grupo de trastornos que incluyen la hipertensión arterial, el exceso de grasa corporal o los niveles anormales de colesterol y que, a la larga, pueden desencadenar diferentes patologías cardiacas o diabetes tipo II.

En su afán por analizar el efecto que distintos compuestos bioactivos tienen sobre la aparición de la obesidad y sus comorbilidades, un área de estudio en la que viene trabajando desde hace ya varios años, el grupo de investigación en Nutrición y Obesidad de Bioaraba ha estudiado el posible papel que el consumo de hollejos de uva roja puede tener en la mejora glucémica de este tipo de pacientes. Se trata de la materia sólida que queda después del prensado de esta fruta, básicamente un conjunto de pieles, semillas y tallos.

El papel de los polifenoles

Numerosos proyectos de investigación previos ya habían analizado los posibles efectos beneficiosos que ciertos compuestos bioactivos, presentes de forma natural en los alimentos, podían tener sobre la salud y, en concreto, la regulación de los niveles de azúcar. Dentro de estas sustancias se encuentran los polifenoles, habituales en muchas frutas y verduras y que tienen potentes propiedades antioxidantes. Las moras, el aceite de oliva, los arándanos y las propias uvas rojas, en concreto ese hollejo, son precisamente ricas en estos polifenoles.

El grupo de investigación dependiente de la OSI Araba analizó el posible impacto que el consumo de los hollejos durante seis semanas podía tener sobre varios pacientes seleccionados y, pasado ese tiempo, aproximadamente más de la mitad fueron clasificados como respondedores. O, lo que es lo mismo, experimentaron una mejora clínica tras la toma de los polifenoles presentes en las uvas. La otra mitad no lo hizo, según las conclusiones publicadas esta semana por Bioaraba.

“Este estudio pone de manifiesto que los polifenoles de los hollejos de uva roja son capaces de mejorar el control de los hidratos de carbono en algunas personas y que ese efecto podría estar mediado, al menos en parte, por una mejora de la función de la insulina y por un aumento de la degradación de la glucosa, inducidos vía microRNAs”, sintetiza la investigadora María Puy Portillo, del grupo responsable del estudio. Portillo, con todo, reconoce que sería conveniente repetir este experimento con un número más elevado de personas para “validar” estos primeros hallazgos, dado el “limitado” número de voluntarios que participaron en el estudio.

El estudio determinó que en esas personas respondedoras no se produjo tanto un cambio en la concentración de azúcar en la sangre sino una reducción en su concentración de insulina en plasma, la hormona que ayuda a regular los niveles de glucosa presentes en la sangre.

El hecho de que los niveles de insulina descendiesen tras el consumo de los polifenoles es “un efecto muy positivo” para los investigadores, pues sugiere que con menores concentraciones de la hormona estos pacientes lograrían regular “con la misma eficacia” ese peligroso exceso de la glucosa en su sangre.

En cifras

6

Semanas estuvieron consumiendo el hollejo de las uvas los pacientes que han tomado parte en el estudio.

50%

De las personas participantes en la investigación de Bioaraba experimentaron una mejoría clínica.

Mejor proyecto innovador.

Los investigadores alaveses Gorka Orive y Unax Lertxundi recibieron este pasado jueves 25, en el marco de las XXII jornadas de innovación e investigación del instituto Bioaraba, el premio al mejor proyecto de innovación por su abordaje de la farmacontaminación. No ha sido la única buena noticia recibida por ambos esta semana, ya que el lunes este proyecto fue elegido también como la mejor iniciativa medioambiental de los III Premios Medicamento y Medio Ambiente de Sigre.