La asamblea de cofrades de la Cofradía de San Prudencio eligió la pasada semana a José Ramón Marín Pipaón como nuevo cofrade mayor, tras una presidencia interina durante los pasados dos últimos años a cargo de Eduardo Sosoaga.

El nuevo responsable se ha marcado como objetivo seguir estando presente en la sociedad de manera continua ofreciendo cultura, historia y devoción a San Prudencio como patrón de Álava.

El nuevo presidente de la Cofradía tendrá como segundo a Alfredo Vela, reconocido por su implicación en el mundo de los coros alaveses y que ha llegado a ser el presidente de la Federación de Coros de Álava. Completan esta junta directiva María Victoria Martínez, Carlos Errasti, Josetxu Apellaniz, Felix Lizarralde, Manuel Camacho, María Pilar Botella y José Antonio Cristóbal.

José Ramón Marín es nieto del escultor valenciano José Marín Bosque, autor de la figura del patrón en su famoso monumento del Alto de Armentia, inaugurado el 28 de abril de 1940 y cuyo 80 aniversario se celebró el año pasado.

Esculturas en la Catedral Nueva

Este artesano de la piedra especializado en el arte sacro nació en Valencia en 1888 y se trasladó con 20 años a la localidad vizcaína de Durango para realizar trabajos escultóricos en la basílica de Santa María. Al poco tiempo se instaló en Vitoria para trabajar en esculturas artísticas de la Catedral Nueva, donde realizó numerosas obras, muchas visibles, como las gárgolas de este templo neogótico.

También son obras suyas el imponente conjunto escultórico que forman el paso del Descendimiento de la Cruz, el cual sale por las calles del centro de la ciudad en Semana Santa y visible de manera permanente en la parroquia de San Vicente Mártir. También fue el autor de la fuente del parque de La Florida, donde se representa a un niño con un pez, o el crucero en la cuesta de San Francisco, junto a los Arquillos, entre otras muchas repartidas por la ciudad, por Álava y por Euskadi.

Además restauró en 1954 la imagen de la Virgen Blanca que se encuentra dentro del templo de San Miguel Arcángel así como su capilla, dotándola de una sillería de doce asientos y reclinatorio elaborada en madera noble con detalles simbólicos alusivos a la Virgen María.