Investigadores, analistas clínicos, distribuidores... La profesión farmacéutica comprende un amplio número de disciplinas que de una u otra forma intervienen en la cadena del medicamento y que, en definitiva, permiten a la población acceder a él “en condiciones de calidad, seguridad y equidad”. “Todos hacen de ella una profesión sanitaria esencial, capaz de ser resolutiva en momentos muy adversos -tal y como se ha visto en esta pandemia- con respuestas ágiles y eficientes y con un gran compromiso en las demandas sanitarias y sociales que han ido apareciendo”.

Así se expresa Milagros López de Ocáriz, presidenta del Colegio alavés de Farmacéuticos (COF), quien este 25-S pone también en valor “todo lo que hay detrás del medicamento”: “Estamos presentes en toda su vida, participamos en la vigilancia de la salud pública y tenemos que tener en cuenta que la salud va más allá de la ausencia de enfermedad”.

López de Ocáriz defiende el papel del gremio “en los mayores momentos de incertidumbre” derivados de la crisis sanitaria, en los que los farmacéuticos han sido “referentes de credibilidad, cercanía y servicio a la población”. “Hemos demostrado con hechos que tanto la profesión farmacéutica como nuestro modelo de farmacia son parte esencial del sistema sanitario. Siempre hemos ofrecido nuestra colaboración a la Administración pública para hacer frente a los retos presentes y futuros, tanto sanitarios como sociales de la población”, apunta.

Varios de los profesionales consultados por este diario creen, sin embargo, que a pesar de haberse prestado a colaborar constantemente en la lucha contra la pandemia no siempre se les ha tenido en cuenta. “Necesitamos un reconocimiento mayor de las administraciones. Somos sanitarios expertos en el medicamento y podemos ser muy útiles, pero en esta pandemia podíamos haber ayudado más activamente. No somos simples dispensadores”, apunta, por ejemplo, Margarita Mosterio. “Me da mucha rabia que no nos hayan dejado ayudar en bastantes cosas que hemos solicitado por temas, yo creo, políticos. Las cosas habrían ido mucho mejor”, apunta, por su parte, Maite Bañares.