Una alfombra de hojas otoñales se mueve a los pies de la Casa de la Dehesa. No hay romería, ni sidra, ni talos, ni rosquillas, ni alubiada... Pero sí un goteo continuo de vitorianos que no deja pasar la tradición, al igual que los comercios, cerrados por la tarde.

Es 13 de septiembre de 2021 y las campas de Olarizu vuelven a lucir más desangeladas que antes de la pandemia. Una pareja de amigos y cuatro madres con sus retoños continúan su sobremesa, mientras Jone, Maider y Aitor juegan a la cuerda y a mojarse en la fuente. Más arriba, los chavales echan un partido de fútbol con todo el terreno para ellos y dos policías municipales patrullan a pie. "Está tranquilo", dicen, aunque esperan más meneo a media tarde, grupos de chavales, sobre todo, como los que ya asoman por el paseo, donde también ha aparcado la furgoneta de Ailaket!

Hasta la cruz

Maite y Claudia son de las primeras en llegar. "Me acabo de enterar de que es Olarizu", confiesa la primera. "Creía que al menos habría alguna barraca", se decepciona la segunda. "Da pena sin gente", lamentan Julia y Pedro, ya de vuelta de la cruz. "Subimos todos los años, salvo el pasado, claro".

Y es que, Olarizu es un día muy especial para los gasteiztarras, como recordó el alcalde a su salida hacia el recorrido de los mojones. "Con esta fiesta se da por finalizado el verano y comienza el otoño, que esperamos que traiga cosas muy buenas", desea Gorka Urtaran.

Recorrido por los mojones

Como es costumbre administrativa desde hace más de 500 años, la Corporación municipal visita los límites del municipio. Este año, 9,5 kilómetros de Retana a Ullibarri Arrazua. En total, 28 mojones situados en terrenos de Retana, Gamarra Mayor y Menor, Durana, Arzubiaga, Betoño, Zurbano, Elorriaga, Arkaute, Arkaia, Ilarraza, Jungitu y Ullibarri Arrazua.