Para liberar estrés, buscar un trato cercano, pasar unos días en un entorno natural o conocer nuevas culturas en lugares que transmiten calma y paz. Las casas rurales se están convirtiendo cada vez más en un reclamo turístico y este año, al menos, han logrado mejorar sus datos de entradas y pernoctaciones, según los últimos datos elaborados por el Eustat y la valoración de varios propietarios de estas pensiones que así lo han confirmado a este diario.

"No nos podemos quejar, estamos muy contentos. Si comparamos este año con el pasado verano, no hay ni color. Incluso me parece que la temporada de verano ha sido mejor que la de 2019". Así de concluyente se muestra Iñigo Villasante, propietario del Mirador Ardea Mendixur, ubicado en Mendijur, quien asegura que las entradas en su casa rural han aumentado considerablemente en las últimas semanas. "Llevo con bastantes reservas desde marzo, trabajando muy bien y con la casa llena. Se nota que hay ganas de salir y de ampliar los horizontes. Hay mucha más ilusión en el ambiente", reconoce.

En cuanto al perfil de los turistas que acuden a Mendijur para desconectar y relajarse, Villasante asegura que se mantiene al perfil prepandemia. Es decir, optan por el turismo alavés especialmente madrileños y catalanes. Aunque, curiosamente, este año la pandemia también ha despertado el interés de los propios vizcaínos y guipuzcoanos por conocer el territorio vecino: "Ha habido un aspecto que sí que ha cambiado desde el inicio de la pandemia, y es que cada vez llegan más personas de Bizkaia y Gipuzkoa con ganas de conocer los pueblos y rincones de Álava". Además de este cambio puntual en el interés de los ciudadanos por este territorio, este propietario asegura que no ha percibido más cambios significativos, pese a las medidas covid ya conocidas y respetadas por los ciudadanos.

Esta casa está ubicada en las colas del embalse de Ullíbarri-Gamboa en un lugar que entra en contacto directo con la naturaleza, con vistas panorámicas al Parque Ornitológico y la Sierra de Elgea. El precio orientativo por habitación doble oscila entre 40 y 55 euros, está considerada como una casa rural sostenible y que fomenta el consumo de productos de temporada y de kilómetro cero. "La gente que viene aquí buscar desconectar, relajarse y conocer lugares con mucha magia. Este año nuestra casa rural está teniendo buena acogida y nos sentimos muy contentos por ello", dice.

Una opinión similar es la que sostiene Cristina González de San Román, propietaria de la casa rural Aitonaren Etxea. Adornada con flores naturales y coloridas en cada ventana y en un entorno de calma y relajación, en Urturi, esta casa lleva semanas con las reservas agotadas y se mantendrá así hasta mediados de septiembre.

González de San Román asegura que su casa este año también ha recibido la visita de muchos más turistas que el pasado año. Sin embargo, sí que ha tenido que cambiar el funcionamiento de sus reservas para lograr mantener las medidas impuestas para evitar la propagación del covid-19. En este sentido, antes se alquilaba por habitación, y ahora es prácticamente la casa entera la que queda a disposición del turista. "Alquilamos a un solo grupo la casa, ya no la ofrecemos por habitaciones por lo que estamos al 50%. Lo hemos decidido hacer así por la pandemia, por respetar las zonas comunes", asegura.

Pese a la nueva manera de trabajar que provoca que esta casa funcione a medio gas, la propietaria hace una valoración positiva: "Estamos trabajando muy bien, incluso las estancias de los turistas son más prolongadas que otros años. Al trabajar por habitaciones eran entre una o dos noches y este año hemos tenido estancias de más noches, más largas". Por todo ello, valora que "estamos muy contentos".

Familias

Esta casa rural también se ha mantenido gracias a la vista de turistas nacionales. Al igual que Iñigo Villasante, Cristina González de San Román también asegura que el perfil de turistas que han acudido a Urturi es, especialmente, el de familias españolas. "Otros años hemos recibido más turistas de otros países, pero este año muy poco", concreta. Además, otra de las novedades que ha percibido esta propietaria es la tardanza con la que se han realizado las reservas. En este sentido, asegura que han sido, sobre todo, de última hora: "Se han reservado como mucho 15 días o una semana antes; no se han hecho grandes reservas con un mes de antelación", explica.

El espacio de creación y alojamiento rural Azala, ubicado en Lasierra, también ha percibido este aumento significativo de gente interesada en sus instalaciones. En este caso concreto, cabe destacar que Azala es un proyecto bicéfalo que combina un proyecto cultural con el proyecto de alojamiento rural. Por eso, en el origen de su creación fue bautizado como espacio de creación.

Situado en un enclave geobotánico de encinar mediterráneo y campos de trigo, Azala es tanto un espacio para la práctica artística y creación cultural, como un espacio para estancias de grupos que requieran de un tiempo y un espacio en contacto con la naturaleza. "Hemos tenido muchas reservas, incluso para los fines de semana de septiembre también las tenemos hechas ya, y viene un otoño prometedor", dice Idoia Zabaleta, miembro de la dirección artística.

En este sentido, a este lugar recalca que acuden personas que realizan diversas formaciones, como cursos de yoga. Por eso, los meses más flojos son enero y febrero, pero, a partir de ahí, las reservas comienzan a subir. "Estamos como a niveles de prepandemia. Este año ha sido muy importante para retomar esa normalidad. Durante la pandemia tampoco paramos demasiado, pero ahora mismo ya hemos mejorado", recalca.

En los alojamientos rurales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa se han contabilizado el pasado mes más de 19.000 entradas y cerca de 60.230 pernoctaciones, lo que supone un incremento con respecto al mismo mes de 2020 de un 35,9% y de un 36,7% respectivamente, según los datos elaborados por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat.

Según el informe, por territorios, el vecino vizcaíno ha sido donde más ascendido las entradas, con casi el 57%. Le sigue Araba con cerca de un 39%. Y a la cola continúa Gipuzkoa, con un incremento que ronda el 25%. Además, y en este mismo sentido, la evolución interanual de las pernoctaciones ha sido también positiva en los tres territorios, aunque en este caso es Gipuzkoa la que presenta un mayor crecimiento, de casi un 43%, le sigue Bizkaia (37,7%) y Álava (14,6%). Continuando con datos y comparando con el mes anterior, el incremento en el número de entradas en los alojamientos asciende a casi el 84% y el de las pernoctaciones a un 151,5%. Por territorios, en Bizkaia el aumento de las entradas alcanza un 128,4%, en Álava un 80,2% y en Gipuzkoa un 65,6%.

En cuanto a la estancia, el pasado mes se alcanzó los 3,15 días, ligeramente superior a los 3,13 días observados el mismo mes del año anterior. "En junio de 2021 la estancia media en los alojamientos rurales fue inferior, de 2,30 días. Por territorios históricos, la evolución de la estancia media no ha sido homogénea. Así, en Álava pasa de 3,05 días en julio de 2020 a 2,52 días en julio de 2021", informan en el estudio. Y añaden: "En Bizkaia baja de 3,30 días hace un año a 2,90 días este último mes. En Gipuzkoa, en cambio, la estancia media ha pasado de ser de 3,08 días en julio a ser de 3,51 días este último julio".