Apenas le ha faltado un trimestre para alcanzar la nada desdeñable cifra de 37 años de servicio. Pero el 27 de agosto de 2021 será para Juan José Bellido Barredo (conocido por muchos como Filu) un día especial, el día en el que cuelga las botas para disfrutar de su jubilación, 36 años y nueve meses después.

En su última hora como bombero, ha concedido unos minutos a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA para compartir este adiós, el adiós al último y más joven bombero de la promoción del 85. “Todos los que entraron conmigo están ya jubilados. Algunos eran más mayores que yo”.

Porque también es el último 800, como le recuerdan sus compañeros. Y es que los bomberos, en función de cuándo entran, tienen un número asignado. En su caso, le asignaron el 894, pero incluso los que estaban por detrás de él -que eran más mayores- se han jubilado ya.

Reconoce que este es un trabajo vocacional que le ha gustado siempre. Y es que sus compañeros son como “una familia” con la que ha vivido multitud de aventuras. “Compartes muchas cosas dentro y fuera; se crean unos lazos de amistad que salen fuera”.El fin de una etapa

Él se fue a vivir a Donostia, pero aquí en Vitoria sigue pasando mucho tiempo para compartir incluso experiencias fuera del parque. Concretamente, a las nueve y media de la mañana de este viernes ha concluido el último turno de Filu, y con él ha puesto fin a una etapa en la que ha visto “pasar a mucha gente que luego ha opositado en otros parques y han sacado su plaza. Porque la gente con su constancia ha conseguido hacer lo que le gusta, que es ser bombero”.

Sus compañeros también le han dedicado en este, su último día, unas palabras a través de las redes sociales a modo de despedida. “Con casi 37 años de experiencia, ¡se nos va uno de los grandes! ¡Disfruta mucho de tu jubilación! ¡Tu turno y todo el parque te echaremos de menos, Filu!”, le escriben los bomberos en Twitter.

En estos años afirma, en definitiva, que todo lo que ha podido ver que le haya afectado “lo aparcas. Si te pones a recordarlo, lo recuerdas. Pero los momentos bonitos han sido increíbles; cuando una persona te agradece algo o te viene y te dice que le has ayudado, es impresionante”.

Los últimos cuatro años, además, los ha vivido de operador en la central en el sexto turno, haciendo la primera toma de contacto; y no quiere perder la oportunidad de agradecer a la ciudadanía su comportamiento cuando han tenido que intervenir. “En la mayoría de los casos se han portado muy bien, han colaborado”, explica."Un cien sobre diez"

También dedica unas palabras a su familia, a los bomberos que han estado con él todos estos años. “Les agradezco el haber podido compartir este trabajo, la amistad que hemos creado y quiero decirles que son todos un cien sobre diez”.

Este diario ha podido hablar con él además, antes de su despedida, aunque ya auguraba que se “la iban a montar”. Porque es tradición, a quien se marcha, lanzarlo a la piscina y hacerle una despedida con el sello de los bomberos.

A partir de ahora, se dedicará a otras pasiones; como son la pesca y el mar, los paseos diarios y viajar, y deja para el recuerdo el porqué de su mote: “Yo, de pequeño, era alfil en un ajedrez viviente que se hizo en Ariznabarra, pero era más pequeño que los peones, y me empezaron a llamar alfilucho. De alfilucho, me dejaron con filucho y después filu”, concluye.

Porque, aunque ahora cierra una etapa y abre una nueva, no va a dejar dejar atrás los lazos, como cuenta, que ha creado estos años el último bombero de la promoción del 85.