- Como viene siendo habitual en estas fechas, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja comienza con la difusión de los resultados de los muestreos del seguimiento de la maduración. Este control de maduración permite a los viticultores determinar la fecha idónea de vendimia en cada localidad y optimizar así la calidad del fruto y de los vinos elaborados posteriormente.

El control de la maduración de la uva realizado por el Consejo Regulador de la DOCa Rioja el pasado lunes día 23 de agosto - que analiza únicamente la situación en Rioja Oriental- ha permitido constatar que se estima un retraso de una semana sobre la campaña pasada. Tan solo las variedades blancas más precoces, Tempranillo blanco, Sauvignon blanc y Chardonnay, van evolucionando correctamente y se aproximan a situación de vendimia.

En este sentido, desde el Órgano de Control, subrayan que "el estado sanitario y el vegetativo son muy buenos". Se observan, en algunas zonas concretas, "algunos síntomas de estrés hídrico y golpe de calor que no condicionan la maduración".

El peso de la baya se muestra algo menor que el año pasado, observándose racimos más pequeños y menos compactos, situación que se considera interesante para la calidad de la uva. A ello se suma que la evolución de la madurez fenólica es correcta. "Habrá que estar pendientes de la evolución de la acidez en los próximos boletines", señalaban desde el departamento técnico.

Tras este primer boletín irán siguiendo otros. Para su seguimiento se eligen determinadas parcelas-testigo, que en el caso de Rioja Alavesa en esta campaña 2021 son: Miralobueno, en Lapuebla de Labarca; Entradillas, en Laguardia; Carra Logroño, en Elvillar; La Costera, en Laguardia; El Prado, en Elciego; El Canal, en Baños de Rioja; Buencerrada, en Samaniego; y Larrazuri, en Labastida. Estos son los parajes de la Denominación de Origen Rioja numerados del 48 al 55, siendo esa cifra el total de lugares en los que se toman las muestras en el conjunto de toda la Denominación.

Tras este primer informe, el Consejo irá extendiendo al conjunto de la Denominación en las próximas semanas este control de maduración, un importante cuyo objetivo principal es cortar la uva en su punto óptimo de maduración, cuando esta presente el mejor equilibrio posible entre todos sus componentes.

Para saber cuándo ha llegado ese momento, el viticultor cuenta actualmente con la ayuda del Consejo Regulador. Los Servicios Técnicos de este organismo, en la fase final del ciclo de la cosecha, realizan el control de maduración de la uva con el fin de facilitar a todos los viticultores información técnica sobre las fechas de vendimia más adecuadas en cada localidad en función de la evolución del viñedo.

Para la toma de muestras se subdivide el territorio de la DO en 20 zonas vitícolas, dada la diversidad climática que presenta, coincidiendo la variación con su orografía y con la gradación progresiva de la altura del valle del Ebro, cuyas cotas van de 300 a 700 metros.

Los viñedos testigo (55 en total) se han elegido teniendo en cuenta su grado de representatividad de la zona en que se ubican, tomándose en cada uno de ellos 100 bayas de 33 cepas diferentes (dos bayas son del hombro y una del ápice de cada racimo).

Las muestras recogidas por los veedores del Consejo son analizadas en los tres laboratorios oficiales de la Denominación: Estación Enológica de Haro, Estación Enológica de Olite y Casa del Vino de Laguardia. Los parámetros analizados son los que, al alcanzar el equilibrio idóneo entre sí, permiten determinar el momento óptimo de madurez de la uva: peso de la uva, grado alcohólico probable, acidez total tártrica, pH, ácido málico, potasio, índice de polifenoles totales, antocianos e intensidad colorante.

El Consejo, con el apoyo de los tres centros enológicos de Laguardia, Haro y Olite, realizará semanalmente este control desde finales de agosto hasta el comienzo generalizado de la vendimia en el conjunto de la Denominación, a principios de octubre.