- Vitoria deja atrás las no fiestas. Según ha valorado fuentes del Departamento de Seguridad Ciudadana, la noche del 9 de agosto se desenvolvió con tranquilidad "ya que se repitió un dispositivo policial parecido al del día 4 y ha funcionado a la perfección".

Según las mismas fuentes, durante los días festivos no se registraron altercados destacables gracias al dispositivo desplegado el día 4 y 9 de agosto en el que la Policía Local de Gasteiz y la Ertzaintza trabajaron conjuntamente para velar por la seguridad de los alaveses en lo que debió haber sido el descenso y ascenso de Celedón a la Torre de San Miguel. Todo sin olvidar la nota discordante de esta semana estival registrada en algunos videos de la noche del pasado 4 y 5 de agosto, donde se vieron aglomeraciones en algunas calles céntricas de Vitoria con cientos de jóvenes bebiendo tras el cierre de los bares sin mascarillas ni distancia de seguridad.

Algo que generó numerosas críticas entre los ciudadanos y del alcalde Gorka Urtaran, quien denunció que "estos irresponsables deberían actuar como la mayoría de gasteiztarras para no echar por la borda el trabajo colectivo y el esfuerzo sanitario para frenar la pandemia. Parece mentira que no se den cuenta de que por cosas como estas, estamos como estamos."

Cultura y humor

Aparte de esto, en general, el ambiente fue tranquilo. Los 67 eventos culturales y las cuatro obras de teatro -en las que se apostó por el humor-, tuvieron muy buena acogida y gran parte de los alaveses cumplieron con las medidas sanitarias y los protocolos a seguir en los diferentes puntos de la ciudad.

Aunque no hubo fiestas como tal y los alaveses no pudieron contemplar el descenso de Celedón por segundo año consecutivo, aquellos no perdieron el espíritu y la ilusión de salir en estas fechas tan especiales. A pesar de que este año no habían actos oficiales de la Blanca, los gasteiztarras y turistas visitaron las inmediaciones de la plaza de la Virgen Blanca en familia o con su cuadrilla de amigos, algunos con el típico traje y otros con el pañuelo en mano, cantando los acordes del pasacalles de Celedón desde las calles e incluso los balcones.

Como llamamiento a la responsabilidad por parte del consistorio gasteiztarra y haciendo hincapié un año más, las comparsas tradicionales no pudieron salir con los cabezudos para evitar zonas de aglomeraciones entre los ciudadanos, con el fin de evitar que las nuevas variantes del coronavirus, Delta y Lambda, no continúen propagándose.

Este año, desde el Ayuntamiento de Gasteiz se tomaron diferentes medidas para atajar la propagación del virus y poder brindar a sus ciudadanos alternativas diferentes para un verano que sigue siendo "atípico". Entre ellas, el distribuir el recintos ferial en tres barrios hasta este próximo 15 de agosto. Y es que la presencia de los feriantes ambulantes ha tenido buena acogida por parte de los vecinos que, aunque echan de menos tener al completo todas las atracciones o las famosas casetas de tiro, se sienten contentos de tener un punto cercano de diversión tras un año y medio de pandemia.

Espiritu intacto

En las calles de la capital alavesa se vivieron durante cinco días emotivos reencuentros y homenajes. Así, los establecimientos hosteleros volvieron a tener vida, los buenos recuerdos se reflejaban en cada traje de blusa y neska, y en los brindis de las cuadrillas que celebraban el poder reencontrarse un año más, pero sin olvidar a quienes no están.

Este año desde la Federación de Blusas y Neskak no organizaron las actividades típicas que se celebran cada año en las fiestas patronales. En su lugar, el domingo 8 de agosto la Cofradía de la Virgen Blanca celebró una eucaristía muy emotiva en el templo de San Miguel, donde recordaron aquellos blusas y neskas que han dejado de estar en este último año y que en algún momento de su vida saltaron y bailaron al ritmo de las txarangas en las fiestas de la Blanca.