a segunda celebración pandémica del día de la Virgen Blanca llega envuelta en el resplandor que le concede el hecho de conmemorar el primer centenario desde su declaración canónica como patrona de Vitoria-Gasteiz.

La persistencia del coronavirus obliga a restar el brillo que debiera acompañar a una efeméride de este calibre y habrá que esperar a tiempos mejores en los que todos los gasteiztarras puedan honrar como se merece a la patrona.

En el mes de abril de 1921 culminó el largo camino iniciado por las principales instituciones políticas y religiosas locales de la época para lograr esa declaración canónica como patrona. Un 15 de julio de aquel año, la Diócesis de Vitoria dio cuenta en su boletín eclesiástico "de la transcripción del documento por el que el papa Benedicto XV declaraba patrona de la ciudad de Vitoria a la Santísima Virgen de la Blanca", concreta la historiadora Camino Urdiain, en las páginas de la revista La Hornacina.

El camino se inició con una moción municipal, en diciembre de 1920. Con Herminio Madinabeitia como primer edil y encabezando la media docena de firmantes, el documento se aprueba por parte del Ayuntamiento el penúltimo día de ese año de 1920.

Se remite después una misiva al entonces Obispo, Monseñor Eijo Garay, que se encarga de instar a la Santa Sede a la declaración de ese patronato canónico. "El papa Benedicto XV lo aprueba y, por mediación del cardenal Monseñor Antonio Vico, se redacta la resolución del pontífice, concedida de viva voz a la Curia Romana", concluye Urdiain. Ese documento se redactó y selló el 10 de abril de 1921 y por ese motivo, en esa jornada del pasado mes de abril se celebró la Misa Pontifical para conmemorar el centenario del nombramiento.

Con la afirmativa respuesta de la Santa Sede a la petición formulada desde todos los ámbitos vitorianos, cobró rango de oficialidad un patronato que ya tenía de facto la Virgen Blanca desde siglos atrás. "Fuentes bibliográficas relatan esta devoción desde el siglo XII y son hechos constatables y documentalmente probados, que también así era, al menos, incluso, desde el siglo XV", respalda Camino Urdiain.

Así se certifica con la propia existencia de la Cofradía de la Virgen Blanca, fundada bajo su advocación por el gremio de cereros en 1613. La primera cita documental conocida con respecto a la devoción de la Virgen Blanca en la parroquia de San Miguel es una "escritura del año 1517 suscrita por el matrimonio Andrés Pérez de Elorriaga y María Martínez de Adurza", concreta Urdiain. Ellos fueron los que mandaron construir una capilla en la Iglesia de San Miguel bajo la advocación de la Virgen Blanca.

La fecha del 5 de agosto está interiorizada por todos los gasteiztarras como jornada en la que honrar a la patrona, aunque hay que retroceder casi dos siglos, a 1822, para encontrar la fecha en la que la Virgen Blanca fue declarada patrona civil.

Fue en una sesión municipal celebrada el 31 de julio de 1822 cuando se hizo realidad la devoción manifestada por aquellos vitorianos desde cientos de años atrás. El acuerdo municipal instaba a guardar, cumplir, y ejecutar en todas sus partes, "señalando como patrona de Vitoria a Nuestra Señora de las Nieves, que es el día 5 de agosto", reza el documento que publica La Hornacina.

"Las autoridades se vieron en la precisión de determinar bajo qué advocación debían ser celebradas las fiestas ya que era de obligado cumplimiento para lograr las ayudas económicas y así sufragar los gastos que se venían produciendo", explica con todo detalle Camino Urdiain.

unidas fiesta religiosa y civil

Tuvo que pasar más de medio siglo y esperar a 1884, y asistir a un baldío primer intento para que la patrona civil pudiera tener el reconocimiento de la Santa Sede como patrona canónica. Sí que llegó a buen puerto el acuerdo de la Corporación de ese año 1884 para que la fiesta civil y religiosa convergieran en una misma jornada: el 5 de agosto.

"Con anterioridad las fiestas civiles oficiales de Vitoria se venían celebrando en septiembre y es en 1884 cuando pasan a la fecha de agosto, haciendo coincidir las fiestas religiosas y civiles", explica Urdiain. De esta forma por acuerdo municipal se decidió que las fiestas fueran, de forma oficial, en honor a la Virgen Blanca, cuya festividad era, según el calendario litúrgico, el 5 de agosto. Desde esa fecha lo viene haciendo ininterrumpidamente y desde 1953 establecido el calendario festivo tal y como se conoce hoy en día.

1921

Aquel día, la Diócesis de Vitoria dio cuenta de la declaración de Benedicto XV.