La ponencia para la financiación del mantenimiento de las carreteras alavesas ha recibido en la mañana de este lunes a Imanol Pradales, diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial de la Diputación Foral de Bizkaia, territorio que ha apostado por el pago por uso para vehículos pesados en 85 kilómetros de su red viaria en los que a día de hoy no hay peaje.

Álava se encuentra en plena reflexión sobre cómo pagará la conservación de sus vías a raíz de la recepción de la competencia sobre la AP-1, y la inminente asunción, en 2026, de la AP-68. Según Pradales, Bizkaia ha optado por el pago por uso por el aumento considerable de los costes de conservación de sus vías, que ha supuesto la inversión de 1.000 millones de euros en un década, porque a su juicio ha terminado la época de las grandes obras y ahora el esfuerzo debe centrarse en mantenerlas, y porque la Unión Europea apunta a ese pago por uso con los criterios medioambientales y la igualdad de oportunidades como ejes fundamentales.

Norma foral

Así, Pradales ha explicado que en la elaboración de la norma foral correspondiente, que deberá pasar el examen de Bruselas, están tratando de ser "exquisitos" en el cumplimiento de la directiva europea, sobre todo en lo que atañe al cobro idéntico venga de donde venga el camión y sea de donde sea la empresa transportista.

Con estas premisas, Bizkaia se ha lanzado a la incorporación de este sistema de pago por uso, mediante la instalación de treinta arcos de cobro, un sistema que traerá una serie de consecuencias concretas según los estudios desarrollados por la Diputación vizcaína.

Así, se estima que un millón de camiones pasarán cada año a circular por las vías de alta capacidad, lo que sacará, por ejemplo, del puente de Rontegi, el 25% de los vehículos pesados que hoy día atraviesan uno de los puntos más congestionados de este territorio.

Se reducirán los accidentes

Además, la Diputación cree que el pago por uso reducirá un 10% los accidentes, y en casos como el de la N-240, que precisamente viene de Álava, se evitarían seis de cada diez siniestros. También se prevé una reducción del 12,8% de las emisiones de CO2 de vehículos pesados por la optimización de los recorridos. Pradales ha explicado, en ese sentido, que los camiones harán casi 13 millones de kilómetros menos al año, y por tanto habrá menos horas de conducción, menos costes directos para las empresas del sector, menos gasto en gasoil, por lo que "el propio sector se vería beneficiado".

Precisamente con ese sector, y también con los grupos políticos de las Juntas de Gernika, se están entablando conversaciones "discretas" para alcanzar el máximo consenso a la hora de aprobar la futura norma foral.