De sobra es sabido que el agua es un recurso limitado y más bien escaso. Relajarse en un spa, regar la huerta, el jardín o un campo de golf, bañarse en la piscina de un hotel, dar de beber al ganado, poner en marcha una fábrica o enchufar una central eléctrica... Con cada gesto, el grifo se abre y se derraman cientos y cientos de miles de litros de agua.

La agencia vasca del agua URA ha actualizado la demanda de consumo de la población vasca y analizado para qué se utiliza el agua que mana del grifo: uso doméstico, turístico, industrial, agrario, público y energético, fundamentalmente.

En el informe, URA realiza, además, una estimación de los recursos hídricos que los ciudadanos demandarán en los escenarios futuros de 2027, 2033 y 2039. De esta forma, la agencia vasca del agua puede calibrar las necesidades de la población no solo a corto, sino también a medio y más largo plazo.

El documento constata que el consumo de agua ha evolucionado a la baja durante los últimos años, reduciéndose a una media de 116 litros por habitante y día en el País Vasco, frente a los 150, por ejemplo, del año 2004. De cara al futuro, URA prevé nuevos descensos o, al menos, una tendencia estable, sin demasiados vaivenes, de la demanda urbana de agua.

Para ello, cuenta con que los ayuntamientos van a ser capaces de mejorar sus sistemas y redes de distribución y abastecimiento para perder menos litros por culpa de fugas, mal funcionamiento de las redes y otros incontrolados.

En el caso de Álava, la mayor parte del territorio está bajo el paraguas de la demarcación del Ebro, que abastece al 13,3% de la población de Euskadi. Son 47 de los 51 municipios alaveses.

El informe parte de un escenario de consumo urbano actual que ronda los 33.211.040 metros cúbicos por año y estima una demanda de agua de 31.718.524 metros cúbicos por año en el horizonte 2027; 32.071.827 metros cúbicos por año en 2033 y 31.473.256 en 2039.

En definitiva, una reducción del consumo total y un pequeño ascenso, pero sin demasiados vaivenes en la demanda. Este gasto urbano de agua abarca los usos doméstico, turístico, industrial, riego, que en el caso de Álava tiene más peso que en Bizkaia y Gipuzkoa, ganadería, público y energético, incluidas las tomas propias.

En el caso de la capital, Vitoria, la demanda actual urbana se calcula que es de 20.236.477 metros cúbicos de agua por año, que subirá en 2027 a 20.687.344 metros cúbicos; en 2033 a 20.822.417 metros cúbicos de agua por año, para descender en 2039 a 20.708.766 metros cúbicos.

Para diseñar los tres escenarios futuros, URA ha tenido en cuenta cómo se prevé que evolucionen factores como el número de habitantes, de viviendas, la producción industrial, el empleo, la renta y también los efectos de las políticas públicas. Y, por supuesto, los incontrolados, es decir, averías, fugas...

Así, el documento parte de un escenario de pérdida actual de agua del 26,79% en Álava, que disminuye en 2027 al 21,46%, en 2033 se situaría en términos similares (21,48%) y en 2039 caería al 19,9%. En el caso de Vitoria, fija los incontrolados en el 19,90% en los tres escenarios.

menos pérdidas

Concluye el análisis que la demanda urbana de agua se redujo un 8,5% entre 2001 y 2011. Y de nuevo bajó un 16% de 2011 a 2018. La mayor parte del gasto corresponde a Bizkaia (124,359 hm3/año), seguida de Gipuzkoa (63,668 hm3/año) y Álava (33,211 hm3/año).

A nivel de demarcación hidrográfica, la Cantábrico oriental es la que más recursos hídricos demanda (143, 380 hectómetros cúbicos por año), ya que es donde más población reside (65%) frente al 13% de la cuenca del Ebro, que abastece gran parte de Álava.

La explicación de esta tendencia estable se basa, en parte, en la continua mejora de las redes de distribución, así como en la influencia de la crisis económica de 2008 y en la, por que no, cada vez más concienciación social.

Todos estos factores han contribuido a que el consumo medio por habitante se haya reducido a 116 litros por habitante y día en la CAPV, frente a los 150 l/hab/día de, por ejemplo, 2004. De cara al futuro se espera una cierta estabilización de la demanda urbana, con una reducción de los incontrolados a porcentajes del 25% en el horizonte 2027 y 20% en 2039.

25%

Porcentaje de agua que se pierde en la demarcación del Ebro por fugas, acometidas fraudulentas, pérdidas en las conducciones..., por debajo de la media vasca situada en el 33%.