La población LGTBI+ alavesa que reside fuera de Gasteiz no es ajena a las distintas formas de discriminación que el colectivo acostumbra a sufrir de forma general.

Sin embargo, el hecho de vivir en esos entornos más pequeños o dispersos hace que las personas homosexuales, trans, bisexuales o que de manera más amplia no encajan en la heteronormatividad se expongan a otras situaciones que dificultan, y mucho, su forma de sentir o relacionarse.

Espacios, invisibilización y 'sexilio'

Este grupo, en concreto, necesita más espacios donde poder juntarse y padece por ello una invisibilización más evidente, permanece en muchos casos en el armario como herramienta de autoprotección y, en última instancia, tiene que recurrir al sexilio, esa huida hacia las ciudades sexilioen busca de entornos más favorables con la diversidad sexual y de género.

Son algunas de las conclusiones que se desprenden del reciente Diagnóstico sobre la realidad LGTBI+ en las cuadrillas de Álava, que ha elaborado la asociación Aldarte por encargo del área de Igualdad de la Diputación Foral de Álava. El estudio ha sido presentado este lunes en las Juntas Generales a petición del grupo de EH Bildu.

"Vamos a mejor, pero no podemos pensar en que no existe discriminación. No sólo hay que pensar en las agresiones, sino en esas otras vías donde esta se da, como lo que supone quedarse fuera de los procesos de socialización", ha contexualizado ante los grupos políticos Joseba Martinez de Gereñu, de Aldarte.

Según ha advertido Martinez de Gereñu, el sexilio es una realidad "muy frecuente" para el colectivo y "son muy pocos los que viviendo en un pueblo no han vivido ese proceso".

El informe se ha elaborado mediante la realización de más de un centenar de cuestionarios on line y entrevistas en profundidad a personas LGTBI+ que residen en todas las Cuadrillas de Álava -salvo la de Vitoria- y el enclave de Trebiñu, así como a personal técnico y profesorado.

Una estrategia dotada de recursos

En su dimensión institucional, el estudio reconoce también el trabajo realizado en los últimos años por las distintas administraciones, aunque este dependa en exceso del trabajo del personal técnico que trabaja en las comarcas.

Por ello, Martinez de Gereñu ha puesto el foco en la necesidad de "sistematizar" esta labor mediante un nuevo plan, una estrategia global para la zona rural dotada de suficientes recursos materiales y humanos y que cuente con el aporte de las asociaciones.

"Aunque en los últimos años (el colectivo LGTBI) ha alcanzado un reconocimiento social y político que en estos años atrás se le venía negando, todavía estamos lejos de llegar a la plena normalización", ha sintetizado, por su parte, la directora foral de Igualdad, Ainhoa Campo.