Un trabajo de investigación de limpieza de las barricas de roble con plasma frío para evitar la contaminación por bacterias que alteran sensorialmente el vino ha sido premiado en el congreso internacional Enoforum Contest 2021. El proyecto, presentado por investigadores del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino, Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad de La Rioja ha buscado una alternativa a la utilización del azufre para la limpieza de las barricas de roble en las bodegas. El jurado seleccionó la propuesta del equipo de investigadores del ICVV y la UR entre más de 100 candidaturas internacionales. El premio está dotado con 10.000 euros y conlleva la presentación del trabajo de forma en los próximos eventos de Enoforum en Estados Unidos e Italia.

En la industria enológica la vida útil de las barricas puede extenderse durante varios años, lo que hace que su mantenimiento, limpieza y desinfección sea una tarea fundamental. El método más utilizado para sanear las barricas es la quema de pastillas de azufre. Sin embargo, existe una directiva europea que limita esta práctica por ser considerada tóxica y alergénica para la salud humana, por lo que es necesario buscar alternativas eficaces tanto desde un punto de vista económico, como operativo. En este sentido, la tecnología basada en la aplicación de APCP ha demostrado ser una herramienta de innovación muy prometedora para la industria del vino por su gran versatilidad, relativa simplicidad y bajo coste para llevar a cabo multitud de tratamientos superficiales (desinfección, eliminación de adhesiones, etc.).

El plasma es el 4º estado de la materia, el estado que alcanza un gas cuando se le aporta una cantidad de energía que logra ionizar sus moléculas y átomos. Un plasma frío es aquel en el que la temperatura de los electrones (5.000 ºC) es mucho mayor que la de las partículas más pesadas (partículas neutras e iones), las cuales se encuentran a temperaturas próximas a la del ambiente (25-100 ºC). Por ello, se mantiene generalmente debajo de los 100 ºC, lo que le permite ser empleado en tratamientos superficiales sobre gran variedad de materiales (como madera o plásticos) sin provocar su deterioro por un calentamiento excesivo. La generación de plasma frío se puede llevar a cabo a presión atmosférica en un entorno abierto, es decir, no requieren la utilización de sistemas de vacío ni cámaras dentro de las cuales se establezcan unas condiciones concretas.