- Los grupos junteros integrados en la comisión de Agricultura de las Juntas Generales de Álava tuvieron ayer ocasión de conocer en profundidad cómo se está trabajando para desarrollar una agroganadería regenerativa y las dificultades, especialmente normativas, que sufren los que tratan de ponerla en marcha.

La jornada de estudio fue una iniciativa de los grupos EH Bildu y Elkarrekin Araba, que solicitaron la comparecencia de miembros de REAS Euskadi, Red de Economía Alternativa y Solidaria. En respuesta a la invitación acudió David González Sánchez en representación de REAS Euskadi, un colectivo nacido en 1997 y cuya misión es desarrollar la economía solidaria, entendida esta como una visión y una práctica que reivindica la economía en sus diferentes facetas (producción, financiación, comercio y consumo) y como un medio al servicio del desarrollo personal y comunitario.

González Sánchez dio cuenta de los importantes problemas medioambientales que está generando la agricultura tal y como se trabaja en la actualidad con continuas roturaciones del terreno, uso de abonos y pesticidas y otras labores que ocasionan un grave daño al medio ambiente. En ese sentido sacó a colación un estudio de indicadores de desarrollo en el que se muestra una importante caída de los referentes energéticos. De entre ellos, destacó que los especialistas han avisado ya de un importante descenso del petróleo, en torno al 50 por ciento en el horizonte del año 2025, si no se empiezan a acometer reformas en la manera de trabajar.

Ese "desbordamiento de la biocapacidad que se muestra en los indicadores" aparece en el borrador de la reforma que se está acometiendo en la actualidad en el PTP de Álava Central, en el que González ha colaborado. El especialista cree que en Álava "estamos extralimitados, con cifras alarmantes, en lo que se refiere a los gases que ocasionan el efecto invernadero", ya que el modelo de agricultura en el que vivimos es insostenible".

Frente a ello, explicó que la agroganaderia regenerativa es la solución, porque se trabaja en ciclos cerrados de producción, no es preciso dar la vuelta a la tierra, las explotaciones desarrollan conjuntamente ganadería y agricultura y una se "alimenta" de la otra, y el agua se utiliza con criterio de sostenibilidad y se recupera para volver a ser utilizada. Contó que REAS trabaja en varios proyectos en el Estado y que un replanteamiento hacia la agroganaderia regenerativa podría dar paso a una recuperación medioambiental en un plazo de 30 años. Sin embargo, destacó que mucha de la normativa necesitaría reformarse para adaptarse a los criterios de la regeneración, ya que en algunas ocasiones no habían podido acceder a ayudas institucionales, porque el formato de trabajo raya "lo ilegal", como es el caso de mezclar pequeñas cabañas ganaderas con cultivos. Otro problema es que se equipara las normativas a grandes y pequeños productores de la misma manera, cuando requieren un tratamiento diferente.