Este viernes han comparecido en la comisión de Agricultura de las Juntas Generales de Álava representantes del colectivo ciudadano Uhandre Amurrioko Baso Biziak. Su portavoz, Mario Corral Sáez de Viteri intervino para tratar la expansión que el eucalipto está teniendo en el territorio de Álava tras las cortas masivas de los pinares vascos debido a la enfermedad conocida como la "enfermedad de las bandas" y la amenaza que supone en el medio natural si no se pone freno al aumento que están experimentando las plantaciones de esta especie en Euskadi.

En ese sentido se centró en la zona de Araialdea sobre la que detalló que en 2010 había 225 hectáreas de eucaliptos y la última cifra oficial, del año 2020, ascendía a 1.342. Es decir, que en 10 años la superficie de monte ocupada por esa especie invasiva se había multiplicado por seis, con el agravante de que el 94 por ciento de esas plantaciones están sobre pendientes superiores al 30 por ciento, erosionando suelos y tapando arroyos.

El colectivo criticó que desde la administración no se hayan puesto medidas para frenar la expansión de esa especie, que ha llegado incluso al espacio del Gorbea y lamentaron que no haya una planificación para favorecer las replantaciones autóctonas tras los desastres naturales que han causado estos años las tormentas y las plagas como la procesionaria.

Aceite en Rioja Alavesa

Por último, el presidente y el gerente de APRORA, la Asociación para la Promoción del Olivo y el Aceite de Rioja Alavesa comparecieron en la misma comisión para dar cuenta de su puesta en marcha y reclamar apoyos institucionales. Iker Díaz de Cerio y Jorge Martínez Bravo explicaron que la asociación es fruto de iniciativas anteriores tuteladas por las administraciones.

Sin embargo, en la actualidad, aunque cuentan con respaldo financiero institucional, la asociación está integrada por 38 socios que disponen del apoyo de cuatro trujales en la comarca para impulsar la elaboración de aceite de oliva virgen extra, con euskolabel y ecológico.

Ambos destacaron el esfuerzo de los habitantes de la comarca por 'reflotar' este cultivo que se vió prácticamente desaparecido en los años de la postguerra, cuando tan solo quedaron 100 hectáreas tras ser utilizada la madera para las calefacciones de Logroño.

La superficie crece

En la actualidad la superficie está creciendo y aunque no se trata de un cultivo que sea excesivamente rentable, excepto para dos de los trujales, se ha convertido en un complemento para las rentas agrarias y un elemento que se puede valorizar en el marco del turismo rural.

A día de hoy, el cultivo está sirviendo para mejorar esas rentas y fijar la población en los pueblos, especialmente en aquellos en los que el viñedo no tiene un peso mayor, como son los casos de Labraza y Moreda.

Para promocionar el aceite y la asociación, ésta ha creado una página web y la editado un video promocional para poder presentarse en eventos agroalimentarios.