La Diputación de Álava llevó ayer a Laguardia seis pollos de águila Bonelli para que se habitúen al entorno de Sierra Cantabria. De ellos, cuatro nacieron en cautividad en Francia y los otros dos fueron rescatados de nidos en Andalucía. Como en iniciativas similares llevadas a cabo por la institución foral, esta acción forma parte del proyecto Aquila a-Life, financiado por la UE para la recuperación de la especie, calificada como vulnerable en el listado de especies silvestres en régimen de protección especial.

En representación de la Diputación estuvo la directora de Medio Ambiente, Nati López de Munain, que tuvo en sus brazos uno de los pollos que poco después fueron trasladados a un lugar discreto donde hay un jaulón, en el que los seis iniciaron el proceso de aprendizaje que permitirá en el mes de agosto su definitiva puesta en libertad. López de Munain contó que "antes de su puesta en libertad se les coloca un localizador GPS que nos permite conocer cómo se mueven, estudiar cuáles son las principales amenazas y aplicar medidas correctoras".

Precisamente, los tendidos eléctricos son la más importante amenaza para el águila Bonelli, al igual que para otras rapaces, y para ello el Departamento de Medio Ambiente trabaja distintas estrategias que eviten la muerte de las aves por electrocución. Para dar cuenta de las medidas correctoras, en la presentación de los polluelos realizada en las afueras de Laguardia, en La Huerta Vieja, los técnicos explicaron que se han colocado unos tendidos simulados, de forma que cuando las aves se posan, reciben una pequeña descarga y aprenden a rechazar las estructuras eléctricas.

De hecho, ante la amenaza de los tendidos eléctricos, Nati López de Munain anunció que "desde el Departamento de Medio Ambiente se está trabajando con las empresas eléctricas para la adecuación de apoyos, transformadores y otras instalaciones que eviten la electrocución de las aves". Tras las primeras observaciones, las personas que realizan el seguimiento han comprobado que las águilas evitan posarse en las torres eléctricas, al haber asumido la descarga que sufren cuando se detienen.