- En un entorno único como Laguardia, en Rioja Alavesa, el espacio gastronómico Villa Lucía se convierte en un rincón mágico en el que disfrutar de una experiencia accesible e inclusiva. Desde su creación, hace más de 20 años, la familia Lavín tuvo muy en cuenta la importancia que tiene este hecho en el disfrute de los visitantes. Por eso, sus instalaciones completamente adaptadas, permiten que todo el mundo pueda disfrutar, a la vez, de una experiencia única. Ya sea gastronómica o cultural, Villa Lucía ha conseguido numerosos reconocimientos por su buen hacer en este ámbito.

El hecho de que cualquiera pueda disfrutar, al mismo tiempo, de la misma experiencia, podría parecer lo más normal dentro del mundo del turismo. Sin embargo, aún queda mucho por avanzar. Y para mostrar la senda a seguir, el espacio ha hecho una importante apuesta por la inclusividad. Es por ello por lo que cuenta con toda su oferta, tanto gastronómica como cultural, de una manera adaptada e inclusiva, pensando en los visitantes con cualquier tipo de discapacidad, para que ello no suponga un impedimento o barrera en su visita.

Desde la llegada del visitante, la inclusividad y la accesibilidad están presentes en Villa Lucía, gracias a su plaza de aparcamiento reservada para personas con movilidad reducida. Sus aseos y ascensores también están completamente adaptados. Además, el asador restaurante cuenta con espacio suficiente para el paso de sillas de ruedas, al igual que el acceso a la terraza vintage, con rampas de pendiente inferior al 10% de desnivel. En estas zonas, las cartas cuentan con un sistema de menú inclusivo, desarrollado por Equalitas Vitae, disponibles en braille, en formatos MP3 locutado y en un PDF accesible.