- La Asociación alavesa de familiares y personas con enfermedad mental (Asafes) ha puesto en marcha recientemente una segunda iniciativa novedosa, al margen del proyecto Erroak, que ha comenzado a beneficiar a otros tres usuarios de la asociación. Se trata de una vivienda de baja supervisión a la que estas tres personas, que tienen enfermedad mental pero pueden llevar una vida más o menos autónoma, han entrado a vivir desde este pasado sábado 1 de mayo. La demanda de alojamientos de este tipo es importante entre un colectivo que o bien tiene que recurrir al mercado libre o sólo dispone de viviendas públicas o concertadas con Diputación pero con mucha mayor supervisión.

“En Álava tenemos un problema importante de alojamiento para personas con enfermedad mental. De las alrededor de 300 personas que están en algún tipo de vivienda, la mitad están en alojamientos privados, así que prácticamente todo lo que cobran de RGI lo destinan a ello. Hay mucha demanda de alojamientos como este”, contextualiza Vanesa Vadillo, gerente Asafes.

Las tres personas que han comenzado a vivir en este piso se encontraban ya en el programa de apoyo psicoeducativo de Asafes y, por tanto, son viejas conocidas de la asociación. Ahora, al margen del apoyo social que ya recibían, ven cubierta también la necesidad de contar con un alojamiento y poder vivir una vida más independiente.

La sociedad pública de Vivienda del Gobierno Vasco, Alokabide, ha sido la encargada de ceder la vivienda a la asociación, a la que también ha apoyado económicamente Laboral Kutxa para contratar a una trabajadora social que apoya a los inquilinos del piso con varias rutinas básicas de funcionamiento.

La aspiración de Asafes, con el tiempo, es incluso ampliar el parque de viviendas de este tipo.