- Hace ahora un año la población alavesa se vio obligada a pasar mas de un mes encerrada en casa, y entonces la gente descubrió el valor que tiene disponer de unos pocos metros cuadrados al aire libre en los que poder comer, leer un libro o simplemente dejar pasar el tiempo. Se hablaba entonces de un aumento de la demanda de vivienda en los pueblos, o de pisos con terraza, o de unifamiliares con jardín. Doce meses después, sujeta todavía la sociedad a restricciones, y con el invierno ya superado, DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA sondea el mercado de la vivienda en el territorio para saber si aquel fenómeno fue real y si tiene continuidad.

"Está claro, es un fenómeno real. Dentro de Vitoria se demanda vivienda con jardín o con terraza aprovechable", explica Víctor Barandalla, de la inmobiliaria Trivinsa. Según afirma, en las zonas consolidadas hay lo que hay, pero "ya de antes de la pandemia, en Salburua o Zabalgana, o hay una terraza de 8, 10 o 12 metros cuadrados para poner una mesita o tienes dificultad para vender". El coronavirus ha venido a incrementar ese deseo de "un poco de espacio de asueto exterior".

En cuanto a la demanda de vivienda en el campo, Víctor explica que también hay movimiento, aunque al parecer la gente opta más por "coger el coche y recorrerse los pueblos" que por acudir a las inmobiliarias. "Se ha vendido más, tanto casa nueva como vieja, para tirar, para reformar, un poco de todo; se ha incrementado la demanda y también la materialización de operaciones", afirma.

En cuanto a los precios ante el aumento de la demanda de estas tipologías de viviendas con más o menos espacio exterior, Barandalla señala que "en estos doce meses tanto en la vivienda con espacio al aire libre como en la de pueblo, o en la vivienda en general, ha subido algo el precio, pero en todo caso cree que "en los pueblos se piden precios superiores al de mercado". Eso sí, asegura, "si pones la vivienda a precio de mercado, en dos meses la vendes".

Además, considera que al margen de los sectores que están sufriendo con tremenda dureza la pandemia, como la hostelería, los hoteles o la aeronáutica, "no estamos en una crisis como la de 2008 y el que sale a comprar hoy tiene posibilidades; hay más gente con trabajo y ahorro porque gastamos todos menos". Por lo tanto, "hay ahorro, los bancos tienen dinero y están deseando darlo al que se lo pueda devolver; la cuestión es ajustar las cosas a precios de mercado", insiste.

María Teresa Ruiz, de Fincas Arriaga, coincide con Víctor en que hay demanda de vivienda con espacio exterior, pero demanda "entre comillas". "La gente visita las casas de los pueblos, casas con terreno, casas con patio, pero se llevan pocas ventas a efecto. En el primer y segundo confinamientos hubo más demanda de este producto, ahora sigue habiendo pero sin llegar a tomar decisiones; la gente quiere ver, pero al final no se hace la compra", afirma. Sí que, con la llegada de la primavera, ese interés por este tipo de viviendas ha aumentado con respecto a "hace dos meses", pero a pesar de esa "inquietud por ver sitios con un poquito de terreno, con un patio, con algo que permita un poco de expansión", falta materializar las ventas.

Una razón para explicar este fenómeno puede ser, explica María Teresa, que "la gente que tiene el dinero no quiere gastarlo por las circunstancias que estamos viviendo, y quien quiere pero depende del banco se encuentra con bastantes pegas, con tasaciones muy bajas, con muchos impedimentos para los préstamos, y las ventas se acaban anulando".

Por otro lado, en Fincas Arriaga también han detectado un interés por la compra de terrenos en el campo, pero "la gente anda un poco confundida con lo que quiere, en las parcelas a la venta urbanizadas el precio es más alto", explica María Teresa.

En Fincas Anitua trabajan, en materia de vivienda rural, principalmente en los alrededores de Gasteiz, y han detectado una importante "demanda de casa de labranza para rehabilitar, se pide información, pero hemos enseñado mucho y no se ha materializado nada, no sabemos hasta qué punto hay un verdadero interés".

Quizá sea porque, a diferencia de un adosado al que se puede entrar a vivir casi inmediatamente, este tipo de "casas de pueblo", a pesar de que "son románticas y tienen cierto atractivo", precisan de reformas e inversiones que pueden echar para atrás a los eventuales compradores. En todo caso, apuntan desde Fincas Anitua, se pueden estar dejando pasar buenas oportunidades porque en muchos casos estas casas de labranza en venta proceden de herencias y tiene varios propietarios que desean deshacerse de ellas más pronto que tarde. "Se puede conseguir un buen precio", afirman.

Si cuesta vender estas casas de labranza, donde se están cerrado operaciones es en el caso de "la vivienda con jardín o terraza; desde que llegó la pandemia hay afluencia continua de demanda y se está vendiendo prácticamente todo", señalan en esta inmobiliaria. Normalmente estas unifamiliares o con jardín en Lakua, Zabalgana o Armentia cuestan más que un piso pero, señalan en fincas Anitua, "la gente que se mete en esta inversión es porque parte de algo ya, de la venta del suyo. Hará sus cuentas y le salen".

Burgos. Fuera de Vitoria, Fincas Arriaga ve movimiento sobre todo en los alrededores de la ciudad, pero también ha registrado un interés por la comarca burgalesa de La Bureba, a una hora de coche de Gasteiz, pero con importantes núcleos en la zona como Briviesca o Pancorbo, que permiten disfrutar de todos los servicios necesarios sin tener que hacer demasiados kilómetros. "Allí hay un microclima que la gente va conociendo y nos piden ver vivienda por la zona. Además, el coste también es más barato, aunque las escrituras y los impuestos son más caros", afirma María Teresa Ruiz.

"La gente visita las casas de los pueblos, con terreno, con patio, pero se cierran pocas ventas"

Fincas Arriaga

"Si no hay una terraza de 8, 10 o 12 metros tienes dificultad para vender en Salburua o Zabalgana"

Trivinsa