La primera industria de Euskadi y de Álava, la vinculada al sector del automóvil, está muy preocupada por el fuerte descenso de las ventas de coches desde que comenzó la pandemia del covid, y envía un mensaje de auxilio urgente a las administraciones públicas para que ayuden a dinamizar la demanda. Y es que el mercado español tiene que continuar siendo uno de los diez mayores productores mundiales de vehículos y el segundo a nivel de Europa para poder mantener los miles de puestos de trabajo que genera tanto en las empresas matrices como en el sector auxiliar.

El desafío de los fabricantes y los concesionarios es atraer al cliente para que cambie de coche a través de incentivos para la compra. Sin embargo, el sector no está recibiendo una respuesta positiva por parte de las administraciones.

A pesar de que existía la esperanza de que el Gobierno prorrogaría el Plan Renove en 2021 para poder amortiguar la subida del impuesto de matriculación y la caída de ventas que ha supuesto la pandemia, finalmente las administraciones han decidido que no tendrá continuidad, lo que ha supuesto un duro golpe para el sector.

El pasado año el Plan Renove del Gobierno Vasco pudo sumarse a la ayuda del Ejecutivo central, lo que permitió descuentos de hasta 3.600 euros de media en motores diésel y gasolina, y de 8.000 euros en el caso de los coches eléctricos. Estos incentivos suelen acelerar la decisión de los compradores por temor a que se agoten los fondos.

El Renove vasco, activado a principios del año 2020 y cuyas ayudas se duplicaron en junio tras el confinamiento, ha podido evitar un desplome aún mayor de las ventas de automóviles en los últimos meses, a pesar de que el balance acumulado de 2020 refleja los efectos de la pandemia. Concretamente, las matriculaciones de turismos y todoterrenos en Euskadi cerraron 2020 con una caída del 23,9% en comparación con el año anterior debido a la pandemia del covid-19, ya que solo se vendieron 30.261 unidades en el País Vasco.

Todos los agentes implicados en el sector de la automoción coinciden en que hay que recuperar el automóvil tanto a nivel de fábricas como de concesionarios. A corto plazo, se trataría de reactivar la demanda y la venta de vehículos nuevos con ayudas públicas que urgen los concesionarios, “una motivación económica que puede suponer un efecto psicológico sobre el comprador que le empuje al cambio de coche”, apunta Óscar Uzquiano, director gerente de Autocentro Armentia.