- Los montes no entienden de fronteras administrativas y eso lo saben muy bien los municipios, tanto vizcaínos como alaveses, del Gorbeia, cuyos representantes institucionales llevan desde 2010 firmando convenios de colaboración en materia turística, en aras a sacar adelante un plan de acción conjunto para el corazón verde de Euskadi.

El último se ha reeditado este mismo mes en el municipio vizcaíno de Zeanuri, entre el presidente de la Cuadrilla de Gorbeialdea, Agustín Otsoa Eribeko Landa, y la presidenta de la Asociación de Desarrollo Rural Gorbeialde, Eider Ajuriagerra Arana. Ambos presidentes incidieron en el carácter de estrategia turística compartida y transparente de su colaboración.

Una de sus últimas iniciativas ha sido lanzar la experiencia Un viaje al origen, que oferta la oportunidad de conocer la fuente de los deportes rurales vascos acudiendo a los lugares de la mítica cumbre donde se desarrollaron actividades profesionales, hoy casi extinguidas, de las que surgieron los herri kirolak.

De hecho, arranca en Orozko, en el menhir de Kurtzegan, en un contexto histórico en el que los terrenos se identificaban con grandes construcciones megalíticas, dando a conocer un lugar fúnebre, una civilización o un asentamiento de prosperidad en cuanto a los pastos que ofrecía el terreno, garantizando así el crecimiento del ganado de aquellas tribus nómadas. "Es curioso que, después de milenios, y en este mismo lugar, se puedan continuar observando rebaños de ovejas o manadas de vacas y de caballos", apuntaron.

Desde este imponente menhir, la experiencia prosigue observando el segundo macizo kárstico más grande de Europa, Itxina. Con una altitud media de 1.100 metros y un perímetro de 12 kilómetros, su majestuosidad transporta el visitante a un mundo de mitología y leyendas, pero también es el origen de la explotación de canteras para la extracción de piedra, uno de los elementos esenciales para que, hace cinco siglos, se pudieran empezar a construir los caseríos vascos. Y de esas piedras surgió también el deporte rural en forma de harrijasotze.

Asimismo, el recorrido tiene parada obligada en el Parque Natural de Gorbeia y sus grandes hayedos trasmochos, empleados antaño para fabricar el carbón que alimentó a las ferrerías de Euskadi. Los carboneros -Olentzero es uno de ellos- talaban y picaban las hayas para hacer carboneras, popularmente conocidas como txondorrak. "La madera, un elemento esencial para muchísimas necesidades del día a día, y la leña, se utilizaban para construir caseríos, para construir barcos, para calentar los cuerpos y para un largo etcétera de necesidades que aún a día de hoy tenemos", subrayaron.

Del mismo modo, en el aspecto gastronómico, Un viaje al origen hace gala de los productos locales y de las materias primas, en una especie de homenaje a las razas autóctonas y a la evolución y actualización de los productores locales; al tiempo que permite ver y probar, tras situarse en el contexto adecuado, los deportes que han derivado de aquellos trabajos que en su día dieron prosperidad y, por consiguiente, evolución y vida. "La exhibición de herri kirolak es una de las actividades que más interés despierta. La posibilidad de contar con deportistas de élite para mostrar sus habilidades de forma privada y exclusiva para los grupos, en un entorno natural, es una oportunidad única y singular", subrayaron.