sta foto era imposible el pasado lunes", comentaba el propietario de la inmobiliaria Uvicamp, situada en la muralla de Laguardia, enfrente de la plaza Nueva. Y es que, hasta que el pasado martes no se levantaron las restricciones a la movilidad dentro de la comunidad autónoma, la realidad mostraba un vacío impresionante en terrazas, calles y restaurantes.

Así que todo apuntaba a que este primer fin de semana con una cierta libertad Laguardia, así como otras localidades de Rioja Alavesa, como Elciego o Labastida, acogerían una riada de visitantes, ávidos de disfrutar de la enogastronomía de esta comarca. Sin embargo, vecinos y visitantes fueron muy comedidos. Se respetaron las normas y los aforos, pero se fue anunciando que el puente de San José y la Semana Santa serán las primeras fechas en las que se colgará el cartel de completo en hoteles, alojamientos de todo tipo y restaurantes.

Con todo, a la hora de la danza del carrillón de la fachada del Ayuntamiento, la plaza contaba con numerosos visitantes que, cámara de móvil en ristre, guardaban para el recuerdo la danza de Laguardia y sus danzadores mecánicos.

Testigos excepcionales de este trasiego eran las responsables de la Oficina de Turismo de Laguardia. Mientras Pilar García de Olano dirigía a un grupo -solo seis personas- en una visita, Zuriñe Gamarra atendía en el mostrador de la Casa Garcetas a quienes llegaban y las llamadas de teléfono desde los lugares más variopintos. "Esperamos muchos visitantes este fin de semana", comentaba Zuriñe, "pero hay muchas personas que tras la apertura de los límites provinciales tienen dudas sobre los desplazamientos". Y explicaba que hay viajeros que han llamado desde Gipuzkoa y Bizkaia preguntando si podían viajar hasta Laguardia, ya que hay tramos de la carretera o de la autopista que atraviesa por territorio de Castilla y León y de La Rioja. A todos ellos se les explicaba que no hay problema, porque están en tránsito y lo que no pueden hacer es parar a ver algo o a tomar vinitos en un bar en San Vicente de la Sonsierra.

Los viajeros también llamaban para conocer si había plazas hoteleras libres y especialmente para preguntar por bares y restaurantes al aire libre y con las distancias adecuadas entre mesas, lo que da una idea de que, en Laguardia, por mucha gente que acuda, no es un turismo multitudinario y abarrotante de lugares. Es el modelo de turismo que busca esta comarca: gente que disfruta de la vida, de los lugares y de la enogastronomía sin alterar el clima de tranquilidad que suele ser habitual.

Para estas profesionales del turismo de Laguardia, el fin de semana venía completo con muchas visitas al estanque celtibérico, la torre Abacial o a la iglesia de Santa María. "Pero esto solo lo podemos hacer nosotras. Con los aforos que hay establecidos, de grupos de tan solo seis personas, a las empresas privadas les resulta antieconómico, no les compensa".

A pesar de ello, Javier Ruiz, el propietario de Pepita Uva y actual secretario de la asociación comercial de Laguardia, paseaba con un grupo de seis visitantes mostrándoles los rincones de la villa medieval, sus tesoros convertidos en enormes casonas que han horadado la tierra para poder tener sus bodegas y les contaba la historia de una villa que nació desde el poblado de La Hoya para que sus habitantes se protegieran mejor de ataques. Como era natural no faltó la visita a la Casa Garcetas, a la Oficina de Turismo, donde descansan los gigantes entre fiestas y donde también hay un calado, al que se puede acceder en ascensor.

En los bares y restaurantes de la villa medieval esperaban muchas visitas, aunque todavía no tantas como se especula para el puente de la semana que viene. Los mostradores aparecían con abundancia de pintxos, y con mesas y sillas colocadas estratégicamente para respetar las distancias de seguridad. Todos los restaurantes tenían numerosas reservas, aunque con plazas todavía para quienes se fueran incorporando son haber llamado previamente. Y en algunos lugares se apreciaba una cierta relajación con respecto a las mascarillas, que se habían bajado hasta debajo de la barbilla al mismo tiempo que se bajaban para sentarse. Pero no se veían grupos numerosos, por encima de los criterios de seguridad.

En cuanto a los alojamientos en todos ellos se notaba la alegría de tener huéspedes por fin. El hotel Villa de Laguardia no abrirá formalmente hasta el jueves próximo, pero ya este fin de semana han tenido que atender alojamientos para algunas personas que habían contratado paquetes de relajación en el spa. En recepción confirmaban que tenían prácticamente todo reservado, y son más de 65 habitaciones, para el puente de San José y para Semana Santa, lo que resulta ilusionante después de tantos meses de cierre y se ausencia de turistas.

Otro tanto comentaba la recepcionista del Hotel Marixa, tras haber gestionado una habitación para un matrimonio llegado de Bilbao. Para este fin de semana ya estaban contratadas la mitad de las habitaciones, pero para las próximas fechas claves está prácticamente al completo. Su restaurante, uno de los más prestigiosos de Laguardia, todavía no estaba a pleno rendimiento, pero lo estará en el momento que se reactive la llegada de viajeros, a partir de mediados de la semana que viene.

También acelerando preparativos, Faustino Luis Ayala Fernández, creador y propietario de la Casa Museo Abadía de Morata, se preparaba para la avalancha de visitantes que comenzará a llegar a partir de mediados de la semana que viene. Su museo etnográfico, que crece continuamente con las nuevas aportaciones que le van llegando, cuenta también desde ahora con una inmensa maqueta de un pueblo ferroviario, en cuyos edificios estarán los nombres de los comercios de Laguardia. Toda la maqueta ha sido su creación durante estos meses de cierre obligado, por lo que es completamente artesanal. Fausti también muestra orgulloso una reproducción de la iglesia de la Sagrada Familia barcelonesa: "tiene más de dos mil piezas y la construí durante el confinamiento domiciliario que tuvimos todos durante la primera ola de la pandemia", comenta orgulloso.

Uno de los últimos en abrir será el espacio enogastronómico Villa Lucia. Su responsable, Juanma Lavín, comentaba que la apertura será el 1 de abril, fecha a partir de la cual se podrá disfrutar de su restaurante, su jardín, el museo inclusivo y su enorme colección de vinos.