Con un sol radiente como aliado, miles de personas se adueñaron ayer de las calles y los bares de Vitoria durante otro sábado en el que encontrar sitio en una terraza fue tarea complicada, especialmente en el centro y el Casco Viejo de la ciudad. Y eso a pesar de que han sido numerosos los vecinos que, aprovechando la recuperación de la movilidad interna en la CAV, han optado por pasar fuera este fin de semana.

La hostelería, uno de los sectores más golpeados durante toda la pandemia, volvió a superar una jornada por momentos frenética, aunque de nuevo mediatizada por las duras restricciones vigentes en materia de aforos y horarios. Un bálsamo más para reflotar unas cuentas más que maltrechas y necesitadas de ayudas, pero todavía a años luz de lo que suponía un día de estas características durante la normalidad previa a la crisis.

Excepcional ambiente

Las cuadrillas y las familias aprovecharon la jornada desde primera hora y en céntricas arterias como Cuchillería se respiraba de nuevo un excepcional ambiente, teñido también de numerosas camisetas albiazules por la disputa del partido entre el Alavés y el Cádiz a las 14:00 horas. Los hosteleros, cuestionados también por el comportamiento de la clientela en el cumplimiento de las normas en vigor, se mostraban algo más divididos.

"Estamos a tope, pero al 50%. No tenemos que perder nunca la perspectiva", remarcaba en declaraciones a este periódico Rafa López de Mendiguren, responsable del restaurante La Riojana, mientras atendía la llamada de nuevos clientes para reservar una mesa. "Los sábados han sido el mejor día ahora y siempre. Pero con estos aforos no hay posibilidad de nada más. Las terrazas están llenas, pero con la capacidad que tiene cada uno. El que tiene cuatro mesas, solo puede tener a 16 personas. Y dentro, hay que tener en cuenta que en una mesa de seis siempre van a comer cuatro, con lo que estamos reduciendo la capacidad en otro 20 o 25%", recordaba.

Pese a reconocer que está llevando esta situación "como se puede", este veterano profesional reconocía que "ha habido momentos peores dentro de este último año".

"Estamos muy contentos porque hemos abierto hace dos semanas después de dos meses cerrados y estamos encantados, porque hay una respuesta muy buena por parte de la clientela", reconocía, mientras tanto, Aldo Moreno, responsable de la taberna Idoia. En sus palabras, las normas "se están cumpliendo" por parte de los clientes. "Estamos muy contentos con eso. La gente es muy consciente de la situación en la que estamos y nos está apoyando", aseguraba.

"Pelear contra viento y marea"

Desde La Riojana, mientras tanto, López de Mendiguren recalcaba que "policías no somos y a veces tenemos que pelear contra viento y marea", aunque asumía también que esta circunstancia "depende de los sábados". "No sé si es por el sol, el viento o la luna, pero a veces es complicado", bromeaba.

Juan Cruz Pérez, uno de sus dos socios de la cervecería Rivendell, hacía hincapié por su parte en los muchos obstáculos a los que tiene que enfrentarse el gremio. "La terraza está al 100%, pero si antes podías poner cuatro mesas, ahora ponemos tres por las distancias. Aparte, la gente tiene miedo a meterse dentro de los bares, por lo que parece. No sabemos por qué, pero nos llaman y nos escriben para reservar mesa y siempre quieren fuera. Y dentro, como hay que estar sentado y a la gente no le gusta... hay que estar detrás de todo el mundo. Y luego aparecen los uniformados y te meten caña", relataba este hostelero, que reconocía estar "peleando mucho".

"Parece que hay mucha gente, pero estamos a media asta. Y las subvenciones no llegan. Hasta el año que viene no creo que esto vaya para arriba", lamentaba Pérez.

La patronal alavesa del comercio, Aenkomer, ha cuantificado en un 738% el incremento medio del gasto en material sanitario e higiénico de los pequeños negocios del territorio durante este año de pandemia. El colectivo ha elaborado un estudio que ha hecho aflorar este aumento, que supone más de ocho veces más que antes de llegar las exigencias sanitarias debido al covid-19. Aenkomer puso ayer en valor "el enorme esfuerzo de los pequeños comercios, bares y negocios de servicios alaveses por adecuarse a las dificultades y por mantener estándares de calidad y respeto a sus clientes" y pidió también "una mayor ayuda institucional".

Restaurante La Riojana

Taberna Idoia

Cervecería Rivendell

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Periodos de cierres obligado de la hostelería. El primero coincidió con el confinamiento, el segundo se produjo entre noviembre y diciembre y el último desde finales de enero y durante dos semanas.