Bucear entre la historia más remota y desconocida de la ciudad está en las manos de los lectores de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA con el libro Gastehiz-Victoria...miradas de ida y vuelta. Desde mañana, sábado, y a lo largo de las dos próximas semanas, nuestros lectores y suscriptores van a poder hacerse con un ejemplar de esta obra, que surge de la firma del autor gasteiztarra Iñaki Zárate Apiñániz.

El libro se va a poder conseguir durante esas dos semanas a un precio especial para nuestros lectores de 9,95 euros, mientras que para los suscriptores se rebaja a los 8,50.

Las 224 páginas de la obra de Iñaki Zárate son un compendio de "algunos aspectos de Vitoria que, desperdigados, llevaban camino del olvido y que se utilizan para plantear un diálogo entre ignorancia-conocimiento y que no es otra cosa que el resultado de miradas, preguntas y respuestas", desgrana con pasión el autor de la publicación.

En peligro de olvido

En ese listado de cuestiones que corrían el peligro de caer en el saco del olvido está el origen del nombre de la ahora ciudad. Inicialmente la denominación era la de Gastehiz y documentos como los votos a San Millán o la reja de Álava, datados en el año 1025 y referidos a la batalla de Simancas del año 939, se constata la existencia, entre otros pueblos de Gastheiz.

El origen de esta singular grafía, desconocida para muchos gasteiztarras del siglo XXI puede situarse en una "mezcla del vocablo latino castellum y el vasco haitz que, con el paso del tiempo y la erosión de los hábitos de pronunciación, se pudo convertir en Gastheiz para unos, y Castellaz para otros en base a sus orígenes", incide Iñaki Zárate.

La vista desde la colina

Además del nombre, otro de los elementos por los que se ha caracterizado la antigua Gastehiz, Nova Victoria y la actual Vitoria es su ubicación sobre una colina. La elección de este enclave no fue casual a la hora de fundar la aldea, sino que tuvo su cuestión estratégica.

Desde la altura en la que se sitúa la colina, se divisa a la perfección toda la Llanada Alavesa y eso añadía un plus especial en tiempos convulsos donde las guerras y batallas eran habituales. "En tal sentido está claro el significado haitz/roca, peña; sabemos que la vieja colina surgió en el Cretácico y, como tal, es de roca caliza", apostilla el autor del libro en conversación con DNA.

Curiosidad por la historia

En el origen de libro, que lectores y suscriptores de DNA tienen a su disposición desde mañana, se sitúa la pasión de Iñaki Zárate por una rama como la Historia, que en sus años de estudiante le ocasionó más de un quebradero de cabeza por sus irregulares notas.

Tras muchos años relegada por su intensa actividad profesional vinculada al comercio de la ciudad, fue una visita guiada la que destapó sus ansias de profundizar en el conocimiento. "Fue en el año 2006 cuando empecé a tener curiosidad por esos periodos curiosos en la historia de Vitoria-Gasteiz y de elementos tan característicos como los miradores, que han sido los fieles testigos de todo lo que ha sucedido en las calles", incide con pasión Zárate.

Así se refleja con el último capítulo de la publicación dedicado a los miradores más hermosos que se pueden ver en las fachadas de los edificios de la ciudad. A pesar de la dificultad que ello supone, Iñaki Zárate expresa su pasión por el "fantástico" mirador que durante muchos años lució en el número 16 de la calle Prado.

Rehabilitación respetuosa con la historia

El inapelable efecto del paso del tiempo se cobró su peje en forma de deterioro de la madera del mirador, hasta que hubo que abordar la rehabilitación del edificio. A pesar de no haber logrado mantener el diseño original del mirador, Zárate agradece la "rehabilitación exterior respetuosa con la historia de tan importante edificio. Debiera considerarse un ejemplo a seguir respecto a otros", receta.

El plano más antiguo. Entre todos los retazos de la historia de la ciudad que se encuentran en el libro, destaca el plano más antiguo del corazón de Vitoria. Se trata de un documento del año 1794 del célebre arquitecto Justo Antonio de Olaguíbel.

Sobre el papel se aprecian tanto los Arquillos del Juicio como los del Ala y se aprecia como en la actual calle Postas, antigua Arrabal, se encontraban los límites de la ciudad con unas huertas y un estrecho callejón que con el tiempo derivó a la ahora calle Dato.