Desde los tiempos en los que el anterior alcalde de Arraia-Maeztu, Carlos Pérez de Arrilucea, impulsó la creación del primer espacio en la localidad, para que pudieran estar los más mayores, hasta este momento, el edificio que destaca en el paso por la carretera ha ido modificándose hasta llegar a la última reforma que abre muchas posibilidades de poder atender todas las demandas de plazas.

El actual alcalde, Anartz Gorrotxategi, comenta que han realizado una reforma integral del centro de día logrando duplicar el número de metros cuadrados para que los usuarios puedan encontrarse mejor y poder acoger a otros. Para ello, en esa planta baja del antiguo cuartel de la guardia civil, donde antes había tres viviendas y el centro de día, se han tirado los tabiques dejando comunicada toda la planta.

Con esta inversión, desde el Ayuntamiento “queremos conseguir una mejora en la calidad de los servicios que prestamos a la ciudadanía. Queremos prolongar su estancia en la zona rural sin necesidad de que se trasladen a la ciudad en busca de este tipo de servicios asistenciales. Nuestro objetivo es que la ciudadanía permanezca en Arraia-Maeztu el mayor tiempo posible y para eso, tenemos que ofrecerles unos servicios de calidad”. Además, “con la ampliación de plazas, se abre también una ventana de oportunidad para la creación de empleo directo e indirecto así como de desarrollo económico para el municipio”, destaca Gorrotxategi.

Para dar independencia al CRAD, se ha anulado una escalera y se ha creado una galería superior para dar acceso a las viviendas de arriba. Para ello se ha instalado un ascensor y resuelto pequeños temas de accesibilidad.

Con la tirada de tabiques “hemos ganado espacio para las trabajadoras, aseos para mujeres y hombres, duchas amplias, un espacio para los sanitarios para realizar curas, un despacho para atender a las familias, una recepción y, sobre todo, una sala polivalente para poder hacer actividades de unos 60 metros cuadrados, un espacio diáfano para sala de estar, comedor y cocina. También hay un cuarto de lavandería, una despensa, un ropero…”.

La conclusión es que “se ha dotado al CRAD de espacios que antes no había y al final disponemos de un lugar donde dar un buen servicio a los mayores de once de la mañana a cinco de la tarde, con comida, merienda, actividades, lavado de ropa y aseo. El servicio es muy bueno: se recoge a los usuarios en la puerta de su casa con el autobús de la Cruz Roja y les devuelven a casa por la tarde”.

El esfuerzo ha merecido la pena, porque con la obra han ampliado la capacidad del CRAD de 8 a 18 personas. En la actualidad se atiende a mayores de Arraia-Maeztu y de Campezo, pero no hay un criterio de exclusividad para las personas de este municipio. En principio se aceptan solicitudes de los municipios vecinos, pero el ámbito es comarcal.

Las admisiones se gestionan a través de la técnico de Servicio Social de base de la comarca, que realiza las primeras valoraciones, posteriormente pasa por una comisión de Diputación que analiza si el peticionario necesita o no ese servicio y como no hay problema de plazas se admite. La competencia del CRAD es municipal, pero se coordina con la Diputación.

Añade que para la obra han contado con ayuda del Plan Foral, con parte de ayuda del programa Mendialdea Bizibarritzen, con Accesibilidad del Gobierno Vasco, y el programa Leader del Ejecutivo vasco, tramitado por la ADR Izki. “Gracias a ellos hemos podido invertir 550.000 euros en la obra y la dotación de mobiliario”, detalla.

Queda su instalación. De momento tan solo queda una actuación pendiente en el centro de día de Arraia-Maeztu. En estos momentos está funcionando con una calefacción y agua caliente de gasoil, pero ya se ha adjudicado la transformación para una caldera de biomasa, para la que se ha realizado la cimentación y solo queda ya instalarla. Explica el alcalde que “es un sistema novedoso que cabe en medio contenedor de barco y te lo instala una grúa y dentro va completa toda la instalación, incluida la caldera y el depósito de pellet. Lo colectan, conectan y listo. Es un sistema autónomo que no tiene por qué estar en la sala de calderas. Lo vimos en Asturias y allí funcionaba muy bien”.