Filas y filas de carros de la compra candados y apilados a la entrada de Carrefour. Persianas de comercios bajadas. Pasillos y galerías desiertos. Aparcamientos libres. Tiendas sin clientes y trabajadores mirándose los unos a los otros ante la falta de compradores. Es la estampa del centro comercial Gorbeia el miércoles posterior a la orden del Gobierno Vasco que prohíbe a gasteiztarras y alaveses, salvo los 1.700 de Zigoitia, abastecerse en la gran superficie de Etxabarri-Ibiña por no estar ubicada dentro del municipio de Vitoria. El martes, la imagen fue la misma, lamentan los comerciantes. Y es que, las nuevas restricciones a la movilidad han dejado fuera de juego a una de las dos galerías comerciales más extensas implantadas en Álava.

Ni que decir tiene que en Gorbeia, nadie entiende esta nueva decisión. Los comerciantes aseguran estar "mucho peor" que al inicio de la pandemia. De hecho, la frase más repetida es: "No lo entiendo; ni en el confinamiento fue así; en marzo abrimos y ahora...". A la pérdida del 12-15% de la clientela habitual procedente del Alto Deba guipuzcoano se suma ahora la de otro 30-40% procedente de Gasteiz y Álava.

Aun así, de momento, el centro comercial sigue abierto para un aforo de 6.653 personas, cuelga un cartel en la puerta de entrada a la galería comercial. Eso sí, ya hay tiendas cerradas y otras que únicamente van a abrir en horario de mañana, ya que por la tarde "no hay nadie", y con menos trabajadores. Otros comercios todavía no lo han decidido e irán viendo la situación día a día. No obstante, si el Gobierno Vasco no da marcha atrás con la medida, los establecimientos instalados en este centro comercial no ven salida alguna. Algunos, incluso piensan que la medida va a ser contraproducente desde el punto de vista sanitario, ya que las próximas semanas, las aglomeraciones de gente se van a trasladar a las calles comerciales del centro de Vitoria y a El Boulevard.

El hipermercado de la marca Carrefour es el motor del centro comercial Gorbeia. Tal es así que muchos de los comerciantes están a la espera de lo que el grande decida: si cierra, ellos cierran. Un día laborable cualquiera, sin límites a la movilidad ciudadana, un mínimo de diez o quince personas esperan en el pasillo a que el reloj marque las nueve de la mañana y se levante la persiana para hacer la compra. "Ayer, el primer cliente cruzó los arcos de seguridad a las 9.45 horas", cuenta Nigel, encargado de Café Gorbeia, el bar de la gran superficie y el único local con clientes a media mañana. "El 80% son trabajadores del centro comercial", aclara. "Abro porque al menos sirvo desayunos, de diez y media a doce es la única franja horaria que hay clientes porque a la tarde, la bajada es espectacular. Ayer, de cuatro a ocho de la tarde hice 60 euros de caja", detalla este brasileño con ascendencia paterna germana. "Nunca he visto nada así". Pero, claro, es una decisión que ha tomado de momento, ya que no sabe lo que va a hacer mañana. "Otra camarera irá la semana que viene al ERTE", ya que piensa dejar de servir por las tardes y, después, "ya veremos si abro o no; si por lo menos dejaran venir a la gente de Vitoria...", demanda.

El caso del centro comercial Gorbeia no es el único, pero sí uno de los más azotados por la última de las decisiones adoptadas para frenar los contagios de coronavirus. La población de Bilbao tampoco puede desplazarse a las grandes superficies de Barakaldo y otros municipios colindantes para hacer la compra, pero se trata de localidades más populosas que, de por sí, ya aportan muchos más clientes que un pequeño término como Zigoitia.

"Las ciudades están diseñadas de forma que los servicios se han ubicado a las afueras y, si ahora, no les dejas acudir, estás, de alguna manera, limitando su decisión de compra", indica Javier Urriza, gerente de Carrefour Gorbeia. El 90% de los clientes de este híper son de la zona norte de Gasteiz, de Lakua y Abetxuko, sobre todo, simplemente por cercanía, y "ahora, les privan del servicio", lamenta Urriza. En su opinión, es lo que ocurre "cuando se hacen medidas a nivel general y luego las bajas al terreno real, hay que tener en cuenta los hábitos de compra", declara, consciente del daño que hace este cerrojazo a Gorbeia.

"Ni la primera vez nos pasó esto. En el confinamiento estuvimos abiertos porque la alimentación era servicio de primera necesidad, así que nos sorprende que en la época más restrictiva de la pandemia se nos ha tenido en cuenta como centro comercial que da servicio a Vitoria y ahora no", lamenta. "Simplemente nos gustaría que nos tuviesen en cuenta", ansía el gerente de Carrefour Gorbeia.

Reconoce que se trata de "un palo muy grande". Un palo después de otro, ya que el primero se lo llevaron con la pérdida de los clientes de Arrasate, Eskoriatza, etc. "Son días complicados; sólo queremos que nos dejen seguir aportando, así que esperemos que se tenga en cuenta que nuestra área de influencia es Gasteiz, sobre todo el norte de la ciudad", anhela Urriza.

"La otra vez no nos afectó tanto porque podía venir la gente de Vitoria a comprar", coincide May Rodríguez mientras despacha pan artesano de Mañueko. "Éste es, sin duda, el peor momento de toda la pandemia al cerrar el paso a los ciudadanos de Vitoria. Tendrán que abrir porque si no, nos vamos a ir todos al ERTE", vaticina. Esta trabajadora califica la situación de "muy difícil" y "caótica: Primero iban a dejar, ahora no y, claro, la gente no viene porque no quiere arriesgarse a que le calcen una multa de 600 euros", dice. "Los pocos que bajan del pueblo hacen la compra a primera hora de la mañana y, a partir de las cuatro no queda nadie aquí, está vacío y, si no hay gente, no vendemos", lamenta.

Los casi 500 metros cuadrados de establecimiento de Congelados Martínez de Quel son un páramo. "Ayer en todo el día entraron 22 clientes y las ventas fueron ridículas". Es el balance que hace Olga Ibisate, quien sostiene que todavía entra gente que sólo se dedica a pasear, pese a la pandemia. En Navidad, en cambio "tuvimos más compradores de Vitoria que nunca, clientes que antes no solían venir a Gorbeia", apunta. Ahora, sin embargo, con el cierre de la entrada a la población de Gasteiz, "estamos peor que en marzo", asegura. "Acabaremos como en Logroño, cerrando los centros comerciales los fines de semana. Además, con este lío de decretos, la población no se entera... O no se quiere enterar", afirma tras el día de confusión vivido en el centro comercial de Etxabarri-Ibiña tras publicarse el último decreto del Gobierno Vasco.

Olga tiene claro que "la gente no se lee el Boletín Oficial del País Vasco" e igualmente crítica se muestra ante el comportamiento de muchos ciudadanos durante la pandemia y no se refiere a los jóvenes, precisamente. "No sabemos hacerlo bien, nos saltamos la normativa, no somos responsables y, luego, pasa lo que pasa. Esto ya se veía venir en Navidad. De hecho, tengo muchos clientes médicos y sanitarios de Txagorritxu y están muy enfadados", indica.

"Fatal, el martes tuvimos cero clientes e hicimos cero caja; ayer vendimos una televisión. Si ya de por sí dicen que el centro comercial está desértico, imagina ahora; por lo menos que dejen venir a la gente de Vitoria", indica Joan desde el outlet de electrodomésticos Cimer. "Esto es un outlet, los clientes vienen aquí por una necesidad urgente, por ejemplo, porque se les rompe la lavadora, y porque es más barato, ¿quién les va a pagar esa diferencia de precio ahora?, se cuestiona.

"Estamos peor que en el confinamiento de marzo cuando la gente sólo salía a comprar"

Congelados Martínez de Quel

"Esperamos que tengan en cuenta que nuestra área de influencia es Vitoria"

Gerente de Carrefour Gorbeia

"El martes, cero clientes y cero caja; ayer, en media mañana sólo vendimos un televisor"

Outlet de electrodomésticos Cimer

"Mirándonos la cara unos a otros estamos; iban a dejar venir a los de Vitoria y, ahora, no.

Viandas selectas Mañueko

"El martes, de cuatro a ocho, 60 euros de caja y el 80% de los clientes son empleados de aquí"

Café Gorbeia