Gotzone Sagardui se enfrenta a un reto "apasionante", según define, pero titánico. Abordar una pandemia dramática que ha puesto patas arriba a Euskadi y al mundo. Un cataclismo sanitario que ha dado lugar a la mayor carrera investigadora de la historia y que ha permitido tener vacunas en un tiempo récord.

Las vacunas de Pfizer y Moderna ya están aquí, pero Euskadi es la comunidad que menos vacunas pone. ¿Por qué?

-Yo no voy a entrar en ranking ni competiciones de vacunación. Euskadi está haciendo la vacunación oportuna con las dosis disponibles. Se trata de tener una estrategia adecuada a las circunstancias y la realidad que vivimos. Hemos finalizado la vacunación en los centros de personas mayores residenciadas y del personal sociosanitario. Y el viernes pasado iniciamos ya la vacunación de nuestros profesionales.

¿No se puede acelerar más el ritmo?

-Si tenemos más dosis, aumentaremos el ritmo, pero la inmunidad se consigue con dos dosis. Por lo tanto, hay que garantizar que se puede administrar esa segunda inyección y que se hace en el plazo establecido de 21 días en el caso de Pfizer y 28 en el de Moderna. Por eso decidimos preservar esa segunda dosis. La estrategia es compleja porque la compra se realiza a nivel europeo, se distribuye entre los estados miembros, y esos, a su vez, las reparten entre las comunidades proporcionalmente. Intervienen muchos agentes y condicionantes.

El meteorológico incluido.

-Sí, el primero ya se produjo la primera semana porque iban a llegar un lunes y llegaron un martes, y debimos retrasar la programación. Las circunstancias meteorológicas de la semana pasada también pusieron en riesgo la llegada de más dosis. Sin embargo, el lunes 11 a las 6 de la mañana, antes de recibir la nueva entrega, ya teníamos vacunas disponibles para continuar. Nadie ha discutido nuestra estrategia y estamos vacunando por encima de la planificación que manejábamos. Habíamos dicho que el jueves pasado llegaríamos a las 20.000 dosis y rebasamos las 23.000.

La gripe es un buen ejemplo de cómo se desarrolla en Euskadi la vacunación.

-Por supuesto. Hemos administrado la vacuna de la gripe a 594.971 personas en dos meses. Quiero dar el dato exacto para que se vea que conocemos el número al detalle. Es un 53% más que las campañas habituales. Lo hemos hecho porque teníamos disponibilidad. Quiero aprovechar para agradecer la respuesta tan estupenda porque este año más que nunca era importante vacunarse de la gripe.

¿Se está inoculando el fin de semana?

-Se vacuna el fin de semana con normalidad aunque el ritmo puede ser algo menor porque también tenemos que atender las circunstancias de los colectivos a los que vacunamos.

El sistema vasco de salud cuenta con alrededor de 40.000 profesionales, pero solo hay comprometidas 4.900 dosis de la vacuna de Moderna. ¿Cómo se va a proceder?

-Hemos iniciado la inmunización de los profesionales con Moderna porque tiene una indicación preferente para menores de 65 años. Eso nos permitió adelantar los planes e iniciar el viernes la vacunación en Cruces. Pero vamos a seguir la misma estrategia con la de Pfizer y la empezaremos a poner a nuestros sanitarios tras terminar con las residencias. Si se incorpora alguna otra vacuna también se aplicará.

¿Cuándo les tocará a las personas mayores que viven en sus domicilios? ¿Qué les digo a mis aitas de más de 80 años que la están esperando como agua de mayo?

-No me gusta hablar de fechas ni calendarios porque dependemos del suministro, pero a medida que lleguen, vacunaremos todo lo que podamos. Lo que sabemos es que tenemos adjudicadas 193.050 dosis de Pfizer y 24.900 de Moderna. Si esas dosis se incrementan -y están trabajando en ello-, las fechas serán unas, y si no, serán otras. Lo que sí quiero que les digas a tu aita y a tu ama, y a la población vasca en general, es que estén tranquilos porque Osakidetza les tiene en su agenda y les va a decir cuándo y cómo deben vacunarse.

¿Estará más de la mitad de la población vasca vacunada en verano? ¿Será complicado alcanzar la inmunidad de rebaño?

-Si tenemos dosis suficientes y vacunas, la tendremos. No vamos a olvidar que algunas de ellas están en proceso de autorización. Y eso va a determinar la disponibilidad en el mercado. La vacuna ha supuesto un antes y un después pero no debemos relajarnos porque, para su efectividad, sigue necesitando que se acompañe de medidas preventivas. Mascarilla, no descuidar la higiene de manos, que nuestros grupos sean pequeños y estables, y evitar la movilidad.

El escenario es grave pero todos los expertos hablan de que el empeoramiento se ha debido, en gran medida, al relajamiento de las medidas en Navidad. ¿Tan impopular era haber atado más las fiestas navideñas para evitar el incremento de contagios?

-No creo que se hayan relajado las medidas, se han adecuado a la época en la que estábamos. Hemos sido muy restrictivos en unos momentos en los cuales nuestras costumbres y relaciones sociales y familiares requerían de otras circunstancias. Especialmente porque sabemos que este virus aprovecha cualquier oportunidad para poder contagiar. Yo creo que las medidas que se adoptaron han permitido vivir diciembre, porque todo el mes ha sido complicado por diferentes actividades, de una manera distinta. Llevamos tiempo diciendo que debemos aprender a convivir con este virus, y poder desarrollar otras actividades como la laboral o la escolar, y cada vez que adoptamos las medidas tenemos eso en mente.

¿No se fue demasiado permisivo autorizar, por ejemplo, las reuniones de diez personas en Nochebuena y Navidad?

-Siempre se han adoptado las decisiones desde criterios técnicos con expertos que evalúan la situación al momento y desde ahí se propusieron las medidas y se adoptaron en el Consejo Asesor del LABI.

Nos dicen que se esperan dos semanas duras donde los hospitales sufrirán aún más el impacto de la subida de casos y contagios.

-Es cierto que, a mayor número de casos, aumentan las consultas en Atención Primaria y también hay mayor número de ingresos en los hospitales. Una media de doce de cada cien personas positivas terminan ingresando en nuestros hospitales y, de ellos, un 9% acaba en la UCI. Luego, sabemos que va a ocurrir. Veníamos diciendo cuán importante era que evitáramos la movilidad que no fuera estrictamente necesaria, y lo importante que es mantener nuestras burbujas porque el sistema sanitario se ve seriamente afectado con los contagios.

¿Cuál es la verdadera situación en las UCI?

-Tenemos una estrategia de gestión de la pandemia, el plan Bizi Berri II y estamos en el escenario 3 de cinco posibles. Tenemos capacidad de acción y de reacción. Pero me gustaría insistir y repetir a la ciudadanía que cuanto más cumplamos con la prevención estaremos en mejores circunstancias. Y agradezco mucho el esfuerzo realizado por la gente por intentar cambiar las costumbres sociales porque su sistema de salud se lo agradece.

Desde el viernes hay veinte localidades vascas confinadas. ¿Qué restricciones son las que más le ha costado secundar o cuáles las que hubiera adoptado y no se ha atrevido?

-Creemos que la situación es excepcional, y ninguna medida es fácil. Pero refrendo todas las adoptadas porque además han sido consensuadas en un ejercicio de cogobernanza.

¿Tener municipios cerrados es especialmente gravoso para una administración o la población lo asume y entiende?

-Las medidas no se pueden tratar de una forma individualizada, hay que hablar de todo el conjunto. Evidentemente algunas impactan más en algunos sectores que en otros, como el cierre de la hostelería. La preocupación es compartida y asumida con responsabilidad.

¿Es la hostelería un punto caliente?

-Nunca hemos querido estigmatizar a ningún sector. Ni a la hostelería ni a ningún otro. Todas las medidas que hemos adoptado se han hecho intentado preservar la salud pública. Entiendo que las circunstancias que vivimos son para todos muy difíciles. Y entiendo que en algunos sectores la repercusión es todavía mayor, pero para eso trabaja el gobierno. Y cuando se adoptan las medidas preventivas, también se adoptan otras para paliar esta situación.

La petición de confinamiento domiciliario planea en algunas comunidades. ¿Se planteó en el Consejo Interterritorial del miércoles?

-No, no se planteó el confinamiento domiciliario. Pero es que todo depende de la evolución epidemiológica. Ya vivimos esos momentos y se adoptó esa medida porque se consideró la más adecuada, pero ahora estamos en un momento distinto y se han adoptado otras porque entendemos que son las más convenientes para las circunstancias actuales.

Ustedes demandan una mayor flexibilidad por parte del Ministerio para que, por ejemplo, se pueda adelantar el toque de queda como acaba de plantear el lehendakari.

-En la Interterritoral mantenemos una actitud absolutamente colaboradora. Pero también es verdad que he solicitado repetidamente que las comunidades podamos tener mayor autonomía para adoptar medidas en función de nuestras circunstancias. Tenemos nuestro propio plan Bizi Berri II, tenemos el LABI para la toma de decisiones y, con ello, debe ser el lehendakari, el que adopte las medidas más convenientes para nuestra comunidad de forma inmediata. Y, sin embargo, el Ministerio argumenta que hay un real decreto con unos márgenes de los que no nos podemos salir. Nosotros lo que pedimos es poder adoptar las mejores medidas para Euskadi con rapidez.

¿Están preocupados ante los días duros que quedan por delante?

-Estamos preocupados en todo momento. En el actual, con una tendencia de casos positivos al alza, un elevado número de contagios y con la incidencia en ascenso, y también en los momentos en los que estábamos a la baja. Porque la situación es preocupante. Por eso son tan importantes las medidas preventivas para intentar frenar esa expansión. Que tengamos un sistema de salud robusto que permite atender el covid-19 y el resto de necesidades asistenciales de la población, no significa que no tengamos que extremar la precaución. Yo entiendo que la ciudadanía esté cansada porque esto se hace muy largo. Pero todavía no es el momento de vivir como antes.

¿Se ha detectado muchos casos de la cepa británica, aún más contagiosa?

-Inicialmente se confirmaron seis casos de cepa británica y posteriormente otros tres. Según nuestros microbiológos no podemos con ello establecer que está teniendo una incidencia significativa, pero nos mantenemos alerta.

Las residencias son el talón de Aquiles de esta pandemia. ¿Cómo se explican brotes masivos como el último de Muskiz?

-En las residencias hay un colectivo cuya situación de salud es muy frágil y ya se sabe que este virus ataca al más débil y más vulnerable. Además este es un virus muy caprichoso. Aprovecha la más mínima oportunidad para infectar. A veces hablamos de las residencias como si no formaran parte de nuestra realidad, de nuestro ecosistema, y son una parte muy importante de él. Por lo tanto, en esos centros también impacta aquello que ocurre en el conjunto de la sociedad. En este momento en Euskadi se están incrementando los casos positivos y eso tiene reflejo en todos los sectores. Colaboramos con las Diputaciones en todas las medidas y protocolos, pero toda prudencia es poca.

La letalidad en Euskadi también está concentrada en los mayores de 80 años.

-La letalidad está, por supuesto, muy por encima de los márgenes deseables en todos los colectivos y en todas las comunidades. Es uno de los efectos devastadores de la pandemia.

"No puedo dar fechas, pero los vascos deben estar tranquilos; Osakidetza les tiene a todos en su agenda y les va a decir cómo y cuándo vacunarse"

"Nadie ha discutido nuestra estrategia y vacunamos por encima de la planificación, pero si tenemos más dosis aumentaremos el ritmo"

"La vacuna supone un antes y un después, pero no debemos relajarnos porque se sigue necesitando que se acompañe de medidas preventivas"

"No creo que las medidas se relajaran en Navidad, simplemente se adecuaron a las fechas y fueron muy restrictivas"

"Entiendo que la ciudadanía esté cansada porque esto se está haciendo muy largo, pero todavía no es el momento de vivir como antes"

"Nunca hemos querido estigmatizar a la hostelería ni a ningún sector; todas las medidas adoptadas han intentado preservar la salud pública"